I Need You |Yoonmin|

36

— Yoongi.

Por un momento, dejó de respirar. ¿Escuchó bien? ¿Esto de verdad estaba pasando? ¿Qué emoción debería sentir? Yoongi tenía demasiadas preguntas que revoloteaban por su cabeza, al igual de la gran ira que crecía con cada respiro. Cuando Jimin se dio cuenta de su presencia, su expresión no había cambiado, no tenía claro si su expresión era de sorpresa o neutra, pero no diría nada al respecto. Sus ojos se fueron hacia la persona causante del daño de Jimin. Sus ojos se oscurecieron y solo quiso actuar. No tenía palabras.

— Y saben algo más... — Wooseok seguía hablando como si todo fuera sencillo y sin una consecuencia alguna. — Nuestro querido Park Jimin consiguió novio. Y ahí lo tienen. — señaló a Yoongi. — Park Jimin tiene sus encantos. — Wooseok y Yoongi se miraron fijamente como si fueran los mayores rivales de todo el mundo. — Pero lo siento, amigo. Yo lo toque primero. Y déjame decirte, que vas a disfrutar muy bien de su exquisito cuerpo.

— ¡Eres un hijo de puta! — Yoongi se abalanzó sobre Wooseok con una furia inmensa que jamás en su vida había sido capaz de sentir. Golpeó con sus puños una y otra vez el rostro del chico sin siquiera frenarse a respirar o pensar, tampoco tenía sentido tener piedad por él, se merecía cada golpe y más. Yoongi quería matarlo a golpes y que pagará por el infierno que le hizo pasar al chico que estaba amando con toda su alma.

— ¡Yoongi, por favor! ¡Detente! — Jimin se posicionó detrás de Yoongi tomándolo de los hombros e intentar sacarlo de ahí, pero estaba siendo completamente inútil. Yoongi lo empujó para que se alejará dejándolo botado en el suelo.

— ¡Okey, basta! Le estás desfigurando la cara. — de un momento a otro, Jungkook salió de entre la multitud y fue a ayudar para que Jimin no sufriera algún golpe por accidente. Jungkook estaba detrás del gimnasio pensando en todo lo que sucedió y cómo perdió al chico que amaba, pero alguien como él no podía hacer mucho. No tenía dinero. Era mediocre, pero no podía sumergirse en su miseria en ese lugar, ya era tiempo de irse y quería intentar descansar. En todo ese tiempo no se había percatado de que había un gran revuelo en la salida, un problema del cual él era conocedor. Estaba impactado de que todo el centro de atención era Jimin discutiendo con Wooseok, que desde su perspectiva se notaba que no estaba en sus mejores cinco sentidos. Le impresionaba que Jimin soltará de una vez las palabras que tanto tenía en su alma y que sufría por ellas, pero todo se estaba saliendo de control. En el momento que vio a Yoongi supo que nada podía salir bien. Si se ponía en los zapatos de Yoongi, no podría estar calmado, el saber que alguien tan dulce y que ama tanto haya sido destruido sin piedad hace salir de sus casillas a cualquiera, y aunque lo que estaba sucediendo debía pasar porque Wooseok se lo merecía, nadie quería ver a un cuerpo inerte en la salida de una universidad. — Jimin, váyanse. — le dice mirando al chico que aun estaba en shock en el suelo. — Váyanse de esto. — Jimin salió de su shock y tomo a Yoongi, quien se paró de forma automática alejándose de toda la multitud y yendo hacia su auto con Jimin detrás. Jungkook miro a Taehyung quien estaba con un semblante neutro, no era difícil adivinar que se había enterado de todo en este instante. Tenía el impulso de acercarse y ser un apoyo para que pudiera procesar todo eso de una mejor manera, pero ya no tenía el derecho de hacerlo. Cada quien se fue por su camino.

— Yoongi. — su caminar era demasiado rádipo y le llegaba a desesperar que no tuviera una respuesta o al menos una mirada. — Yoongi, por favor. — al verlo entrar al auto no supo si él también debía hacerlo, quizás estaba invadiendo el espacio de Yoongi, todo era un desastre, pero no podía quedar todo así. Se subió al auto. — Yoongi, escúchame. — tomó aire en el momento en que Yoongi aceleró fuertemente después de que cerró la puerta. — Yoongi, dios santo. ¡Ve despacio! — Yoongi no quería aceptar todo lo que había escuchado, era demasiado. ¿Cómo podía existir gente tan malvada? ¿Por qué le hicieron daño a alguien tan dulce? ¿Dónde mierda estaba él? — ¡Yoongi! — pisó el freno cuando se dio cuenta que el semáforo se encontraba en rojo, su respiración estaba muy agitada y solamente dejó afirmada su frente en el volante mientras intentaba regularse a sí mismo. ¿Pero cómo? — Yoongi. — no le salían las palabras, su garganta estaba apretada por el nudo que tenía. Respiró una ultima vez y siguió hasta llegar al estacionamiento para dejar su auto y bajar golpeando sin medir su fuerza, sabía que Jimin iba detrás de él pidiéndole desesperadamente que lo escuchará, que dijera algo o que solo parará. No fue así. Subió las escaleras para poder llegar a su departamento, quería su espacio, quería estar en su propio lugar. Dejó la puerta abierta cuando llegó para que Jimin entrará. Sentía como si todo el aire se hubiera ido, ambos estaban colapsados. — Yoongi, ya basta. Escúchame, deja de ignorarme. Si quieres dejarme, hazlo ya. No soporto tu silencio, dime algo. Si quieres me voy y desaparezco de tu vida, entiendo que ahora pueda darte asco, pero solo dime algo. — sus palabras solo fueron calladas por un abrazo.