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— Gracias por arruinarme mi noche. — le dice el chico pelirosa de manera muy molesta.

— ¿Arruinarla? — el rubio ríe irónicamente. — Kihyun, estabas a nada de engañarme. ¿Eso es arruinarte la maldita noche?

— Por favor, Yoongi. No seas melodramático. — dice aun más molesto mientras realizaba movimientos con sus manos expresando su enorme desagrado. Le habían cortado la diversión y ahora debía lidiar con una discusión. — No iba a pasar nada. Estás loco.

La cercanía de ese hombre no me decía lo mismo. Menos al verte tan encimoso. — Yoongi paró de conducir en el semáforo al ver que este se encontraba en rojo. Eran las tres de la mañana, se sentía demasiado cansado y molesto por la actitud de su pareja. Ya era suficiente. Su trabajo era agotador y dedicaba harto tiempo en él, y aún así debía estar despierto en las madrugadas sin poder descansar adecuadamente debido a las noches de fiesta de su pareja que se rehusaba a dejarlas.

¡Vete al carajo quieres! — dice Kihyun sin poder guardar su estrés y molestia.

¡No, tu vete al carajo! — Yoongi odiaba tener que alzar la voz pero ya estaba colmando su paciencia. — ¡Esto se fue al carajo! ¡Cancelaremos la boda para que sigas tu vida como una puta zorra como siempre lo fuiste! — el chico de al lado había quedado sin palabras. Eso le había dolido más de la cuenta. No quería hablar porque sabía que su voz se quebraría y en algún momento llegaría a un llanto total, así que sólo se enderezó en el puesto del copiloto y se quedó en silencio. Su prometido jamás había sido hiriente en las discusiones, y ahora lo había experimentado. Yoongi también consideró en mantenerse en silencio y poner el auto en marcha cuando el semáforo cambió a verde. — ¡Yoongi!

Y despertó otra vez de su más grande pesadilla.

Estaba sudando y su corazón latía con rapidez. Sus lágrimas no tardaron en salir y sin control alguno. Había pasado casi un año y medio desde el accidente, y la ausencia de su pareja le dolía cada vez más. Esto no lo iba a poder superar, era imposible. Cada vez se encontraba más deprimido, nada lograba motivarlo. ¿Cómo iba a vivir sin la persona de la que se había enamorado perdidamente? Su corazón dolía cada día y siempre deseaba ver atravesar a su pareja por la puerta para decirle que dejará de ser perezoso y fuera a desayunar, pero eso nunca volvería a suceder.

— Desearía no haberle dicho eso. — aquello era lo que lo hacía sufrir. Sus ultimas palabras habían roto el corazón de su chico y la culpa era más grande a medida que pasaba el tiempo. ¿Cómo pudo ser tan cruel? Aun tiene en su memoria los ojos tristes que su novio le había puesto cuando fueron mencionadas aquellas palabras, ahora lo único que quería era poder volver a verlo y decirle que lo lamentaba y que lo amaba con todo su corazón, pero ya era tarde. — Necesito una cerveza. — decidió limpiarse sus lágrimas y quitar las sábanas que lo cubrían. Vio el reloj en su mesa de noche. 5:16 a.m. — Joder. — se levantó y salió de su habitación para ir hacia la cocina y sacar una lata de cerveza del refrigerador. Este mismo se encontraba casi vacío, lo que contenía en su gran mayoría eran las latas de cerveza, lo único que no podía faltar en su día a día. De seguro esta noche volvería a ser como las anteriores, sacaría y sacaría una lata de cerveza, una tras otra para así volverse a quedar dormido tirado en el sofá. Así es como se lo estaba planeando en su mente. Otra vez. Después de todo, cuando estaba completamente ebrio eran las únicas veces que podía ver a su chico amado.

...

Llanto, tras llanto, tras llanto.

Sus lágrimas no podían parar de salir a pesar de que se decía a sí mismo que parará de llorar o la situación empeoraría mucho más, y eso no sería nada bueno para él, ni para su cuerpo, el cual evidenciaba cada dolor que pasaba.

I Need You |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora