♚Ꭼꮮ ꮮꭼꮐꭺꭰꮻ ꭰꭼ ꮜɴ Ꭺꮮᏼꭼꭱꮖꮯꮋ𓃠 [Genshin Impact]✿[Luckae] [✓]

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Las luces se iluminaban cada vez más y los amigos no dejaban de platicar sobre distintos temas, las carcajadas se escuchaban por todos los rincones de Liyue, era un momento demasiado agradable.

Pero, claramente, Diluc estaba inquieto, y eso para el mismísimo pelirrojo, era un mal presagio.
Podía notar como cierto joven de cabello anaranjado no apartaba sus ojos azulados de su hermano adoptivo.
Conocía bien ese tipo de mirada, cuando estaban en Mondstadt, principalmente en la taberna, Kaeya junto con Rosaria, una mujer adulta alta y bien desarrollada con una piel fantasmal muy notable, se la pasaban tomando vino todo el tiempo y varios hombres, incluso chicas, miraban al moreno tomar y tomar hasta ponerse ebrio, y era ahí, cuando comenzaban a atacar.

Diluc siempre defendió a su chico de esos abusadores, sin que él se diera cuenta, bastaba solamente una mirada fría y macabra para que los otros se dieran cuenta de la intensión asesina que tenía el pelirrojo sobre todos ellos.
Kaeya es hermoso, no hay porqué negarlo, es talentoso, su cuerpo resalta por sobre los demás, su condición física es sorprendente, sus movimientos con la espada son para destacar y su aura misteriosa es lo que termina enamorando a todos. Pero claro, como todos, el peli-azul de mechones claros también tenía sus desventajas, y una de esas desventajas, era el alcohol, una vez que se emborracha, no podía recordar nada hasta el día siguiente, los más cercanos a él lo sabían bien, por esa misma razón, la mayoría aprovechaba su situación para manosearlo y apoyar sus partes íntimas en el trasero del pobre moreno que estaba fuera de sus casillas.

Diluc, el cual se mantenía siempre sobrio para defender al contrario, intervenía todo el tiempo cuando se le daba la oportunidad, hasta un día casi llegó a asesinar a uno de esos tipos cuando quiso meter su mano en el pantalón del azulado, obviamente, Kaeya no sabe nada de esto.

Diluc era sobreprotector con él, siempre lo fue y siempre lo será.

—¿Podrías dejar de mirarlo? —El mayor tomó la palabra entre todo el bullicio. No podía quedarse callado.

—¿Me hablas a mí? —preguntó Nobile de forma incrédula.

—Sí, deja de mirar a Kaeya, no sé cuáles son sus intenciones, pero no estamos aquí para hacer amistades que seguramente solo durarán esta noche para después no volvernos a dirigir la mirada —exclamó en pequeños gruñidos mientras los miraba a todos con un aura sombría—. Recalco, acepté venir sólo por Kaeya, no me interesan sus estúpidas palabrerías, que seguramente, más de la mitad son falsas. Conozcan su lugar, seres insignificantes.

Los presentes se quedaron en total silencio, Diluc les había escupido todas esas palabras dolorosas en la cara, no había marcha atrás, había firmado su pacto de guerra.
Su mirada frívola se vio interrumpida por un pequeño y débil jalón sobre la tela de su brazo derecho, donde un Kaeya muy enojado lo observaba con el ceño totalmente fruncido y las mejillas infladas.