♚Ꭼꮮ ꮮꭼꮐꭺꭰꮻ ꭰꭼ ꮜɴ Ꭺꮮᏼꭼꭱꮖꮯꮋ𓃠 [Genshin Impact]✿[Luckae]

¡ᘜᙀᙓᖇᖇᗩ! [Sᥙmᥱrᥙ ⚔️ Foᥒtᥲιᥒᥱ]

Sobre Sumeru se cernía una sombra amenazadora. Nahida, la arconte de la nación, observaba con preocupación desde su palacio la inminente tormenta que se avecinaba. El temor se reflejaba en los ojos de los habitantes de aquella nación, quienes se preparaban para defender su hogar de la oscura amenaza que se cernía sobre ellos.

Los ciudadanos de Sumeru, conocidos por su sabiduría y serenidad, se veían ahora inmersos en un ambiente tenso. Las calles, antes llenas de aprendices y sabios, resonaban con murmullos nerviosos y el eco de puertas cerrándose con fuerza.

En medio de la inquietud, algunos personajes destacados de la nación emergieron para liderar la resistencia, entre ellos, estaban Kaveh, Tignari, Cyno y Alhaitham. Ellos, junto con otros soldados armados con sus habilidades, se preparaban para enfrentar el oscuro ejército que se avecinaba.

La lucha estaba por comenzar, y los heraldos encabezados por Dottore, con su presencia ominosa, lideraban el ataque contra Sumeru. Desde las murallas de la ciudad hasta los campos de conocimiento, la batalla se desplegaba en una sinfonía caótica.

Dottore, presentaba una imagen imponente y distorsionada. Vestía una impecable y elegante túnica blanca, adornada con detalles dorados. Su cabello celeste ondulado estaba peinado hacia atrás con precisión, algunos mechones rebeldes se escapaban, reflejando la intrincada complejidad de su mente. Poseía unos ojos penetrantes y fríos, de un intenso color rojo que parecía reflejar la oscuridad de sus maquinaciones. Sus botines de cuero negro, resistentes y prácticos, sugerían movimientos ágiles y listos para la acción. Cada paso resonaba con una determinación que iba más allá de la superficie. También usaba un arete azul brillante en su oreja derecha, una característica común a todas sus "construcciones" conocidas actualmente.

Nahida, desde su posición, sentía el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Su mirada se dirigía a los cielos, como buscando respuestas en la divinidad de Celestia. La preocupación se marcaba en sus rasgos, consciente de que el destino de su nación pendía de un hilo.

El resonar del chasquido de Dottore cortó el aire, marcando el inicio de un conflicto inevitable. Desde su posición, dio la señal para que sus fuerzas avanzaran con ferocidad hacia la nación de la sabiduría. Los Fatui se lanzaron salvajemente hacia las fuerzas de Sumeru.

La ciudad se convirtió en un campo de batalla caótico. Gritos y estruendos llenaron el aire, mezclándose con el choque de las espadas y el estrépito de la magia desatada.

El “Doctor”, desde las sombras, observaba con frialdad la contienda que él mismo había desatado. La estrategia meticulosa y la disciplina de las tropas del moreno se manifestaban en la coordinación de sus movimientos.

El escenario, una vez dedicado al estudio y la contemplación, ahora se transformaba en el epicentro de una lucha desesperada por la supervivencia.
El suelo temblaba con el estruendo de las explosiones mágicas y el choque de las espadas.