~Leondor ~***
Sus hojas, pequeñas estrellas en la tierra, parpadeaban hipnóticamente. Mi vista fue seducida y trasladada hacia una fumarola arremolinada, donde el pasado convergía a mi alcance.
***Pasaron tres meses después de que salimos de la isla Néblin. El enfrentamiento entre los oscuros moritefs y los lúminos, fue un despliegue de luces y sombras. En efecto, la luz hizo que los debilitados seres de la oscuridad retrocedieran hasta desvanecerse. La tierra cobró vida en su totalidad. La isla se llenó de variados y hermosos matices y finalmente después de veinte años, los dadores de luz obtuvieron su libertad.
El hogar de los lúminos, era un hermoso bosque de contrastes azul y lila. El brillo perlado de la vegetación llamaba mucho la atención, aunque no tenían la intensidad del árbol de la conexión, su belleza era inconmensurable. Si la armonía se describiría geográficamente, el bosque de Lumbuca lo describiría a la perfección, ya que era un hermoso paraíso, donde animales de distinta especie convivían y formaban junto a la flora, un universo bicolor único. Un artista amante del azul neón pareció pintarlo. Había magia allí y provenía del gran árbol que habitaba escondido dentro de la luminosa espesura.
Alrededor del bosque de Lumbuca, los lúminos habían colocado una barrera reforzada por los resplandier, para que ningún cortador intentará penetrarla. Estábamos a salvo y no sería por mucho. A estas alturas, Yerl y sus fuerzas oscuras encabezado por Sehel ya debían de estar enterados.
___Se dice que el árbol de la conexión se encuentra en el mismo lugar, pero todo lo que lo rodea va cambiando constantemente, así cualquiera puede perderle el rastro. No importa cuánto poder tengas, no lo encontrarás fácilmente a menos que siembres una parte suya ___mencionó Bandel. Al poco rato sacó de una pequeña bolsa una semilla que se me hacía familiar.
___Conozco esa semilla ___carraspeé emocionada ___es la semilla que mi abuela guardó para mí ___agregué con nostalgia, porque recordé la realidad que me aguardaba en el futuro.
___Gloriem es increíble, confieso que siento gran admiración por ella. Estoy seguro que hizo un gran trabajo en el tiempo del que provienes ___opinó Bandel al verme descompuesta.
___Sí ___dije con una media sonrisa, mientras observaba a mi abuela, quien en el fondo se hallaba sentada y meditando junto a unos arbustos. Sabía que una de las cosas más difíciles de volver sería dejarla.
Desde que logramos salir de la isla, Bandel y yo pasábamos gran parte del día ¿La razón? Delcad insistió para que entrenara junto a él. Su intención era obvia, pasaría tiempo junto al prospecto del nuevo gran lúmino y de esa forma sería su aprendiz. El resplandier de cabello azul, mantenía por lo general una energía pasible, pero todo cambiaba cuando armas iluminados por él, obtenían gran potencia y filo, según su clase o tipo. No en vano era el heredero de Aqued, el último gran lúmino y si de algo concordaba con mi tío abuelo, aprendería mucho a su lado.
El futuro gran lúmino tenía las dos cualidades solicitadas, entre ellas fuerza y sabiduría; y a pesar de su apariencia joven, cierta madurez se observaba en su mirada. Pueda que ello tuviera que ver con el raro envejecimiento de los lúminos. En esencia ellos envejecían al mismo ritmo de vida que los humanos, pero llegaba un momento en el que ese proceso se detenía, esto es a los ochenta años y de allí continuaban viviendo hasta completar dos siglos de larga existencia.
Bandel había conseguido la edad que necesitaba para dominar su poder como gran lúmino y para consagrarse en la supremacía de la sociedad lúmino, precisaba pasar por un intenso entrenamiento. Aquello le permitiría engrandecer y liberar al potencial que lo diferenciaba de los demás lúminos. Juntos debíamos enrumbarnos en ese camino, después de todo, teníamos algo en común: una cualidad que permanecía dormida en nosotros y necesitábamos despertar. Por esa razón, el lúmino no escatimó esfuerzos en nuestro entrenamiento y en ese mismo proceso fui aprendiendo todo lo que necesitaba para dominar por completo mis poderes.
___ "Todo gran lúmino nace con el don, pero es el camino capaz de convertirlo en lo que verdaderamente es" ___susurraba tanta veces que hasta incluso yo lo usaba cuando necesitaba aislar mi mente de cualquier distracción. Aquella oración, tenia un efecto inmediato en cuanto se le evocaba, tal vez porque no eran simples palabras sino una herencia que pasó de generación en generación hasta llegar a Bandel.
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No Soy la villana de este cuento
FantasyConmovida por la trágica muerte de su abuela, Dania Loren Gurt, una asistente jurídico, de un carácter intrépido, curioso y temerario, enrumbará un viaje hacia unos 500 años atrás, gracias por supuesto a un árbol mágico conocido como el "árbol de la...