~Espectros~***
Un escalofrío me recorrió cuando los espectros, deseosos por venganza venían por mí. Susurros inteligibles incitaban a que formara parte de su tormento y aunque luché por evitarlo sus voces sonaban demasiado seductoras.
***
Abrí los ojos, luego de haber luchado en vano contra el líquido negro que me apresaba y apartaba lentamente de la superficie. No sabía con exactitud cuánto tiempo llevaba allí, flotando, hundiéndome, solo intuía que era mucho. Entre los borbollones del mar oscuro, oía lamentaciones tan febriles que calaban en mí como delirios de una aterradora amenaza, donde el dolor y sufrimiento se materializaba a veces en una mujer, hombre o niño cuyas apariencias físicas funestas helaban mi sangre. Los lamentos constantes parecían provenir de condenados a una injusta y tortura eterna.
Un ligero golpe detuvo mi viaje hacia las profundidades. Mi cuerpo fue a parar hacia una fina capa pegajosa, comparable solo con una colosal tela de araña a prueba de agua. Atrapada en una especie de dimensión suspendida en el centro de aquellas aguas aterradoras y oscuras, tenues rayos solares ingresaron como delgados hilos dorados. Su pequeña calidez fue suficiente para iluminar el ambiente. No podía identificar si era un nuevo día o si seguía siendo el mismo, porque en ese lugar el tiempo se desfiguraba.
Divisé por debajo de la fina capa acuática a cientos de cuerpos pútridos, enmarañados en una sombría vegetación marina, hambrienta de cadáveres humanos. Las plantas carnívoras, consumían todo lo que pudieran hasta expulsar de forma frenética esqueletos triturados a través de sus bocas enormes, llenas de colmillos largos y filudos. Algunos cuerpos libres de las plantas carroñeras flotaban formando la ilusión óptica de círculos infinitos. Los restos de aquellos inocentes, condenados al sufrimiento se fueron consumiendo, hasta que solo quedó de ellos almas resentidas, aquellas que también giraban junto a sus cuerpos o solas si es que ya no tenían en que flotar.
Resulta indescriptible el terror que experimenté al toparme con la mirada inerte de algunos cadáveres. En sus restos quedaron, sombras de lo que un día fueron, soldados, esposas, padres e hijos que no deseaban una muerte horrenda como la que tuvieron. Sus cuerpos esqueléticos, enajenados y vacíos, comunicaban más de lo que podría resistir: gritos desesperados, súplicas por una ayuda que nunca llegó y el momento en el que la luz de su existencia se extinguió.
Un espasmo me recorrió cuando brazos esqueléticos atravesaron la delgada tela que me separaba de ellos. Los espectros vengativos, deseosos por sangre y muerte, me arrojaron con fuerza hacia una roca que emergió de la nada y sus púas clavaron profundamente cada rincón de mi cuerpo, abriéndome profundas heridas.
Viendo mi sangre fundirse con la lúgubre agua gris, un desesperado grito de dolor y espanto se atoro en mi garganta. Enmudecida, veía a los fantasmas y sujetos descarnados, acercándose nuevamente hacia mí.
—¿Acaso pretenden que me una a ustedes? —Pregunté en silencio, sintiendo su aliento de tumba cada vez más cerca.
Finalmente sus manos dieron a parar conmigo, jalaban de mi con fuerza para desprenderme de la roca, muy pronto lo conseguirían y con ello mi muerte.
Entre un intento desesperado por librarme de lo que me esperaba miré a mi alrededor en busca de ayuda y solo hallé la entrada de una cueva, cuya oscuridad destacaba por encima de la que me tenía atrapada. No espere mucho, para que una luz brillante y perlada destellara con fuerza desde aquella caverna. La luz avanzó como llamas de fuego azul consumiendo todo a su paso.
Mi mente quedó en blanco...
—¡Despierta! —Sentí un apretón en mi pecho y abdomen —¡Etnei!
—escuché un coro de varias voces conocidas.
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No Soy la villana de este cuento
FantasyConmovida por la trágica muerte de su abuela, Dania Loren Gurt, una asistente jurídico, de un carácter intrépido, curioso y temerario, enrumbará un viaje hacia unos 500 años atrás, gracias por supuesto a un árbol mágico conocido como el "árbol de la...