¿Es neta, Venus? | Froy Gutiérrez (#VF2)

Ahí viene un león

Wattpad se rompe el día que yo actualizo y no deja que nadie comente 😭😭 por fa comenten aunque ya hayan leído:(.

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Froy

Hoy finalmente era el día de mi graduación.

Ahora era un ingeniero. Me estremecí de pensarlo. Se habían acabado mis años de estudio.

¡Al fin, cabrones!

De algún modo toda mi familia y la de mi novia estaba en nuestro (ahora pequeño dadas las circunstancias) departamento para que se prepararan todos aquí e irnos todos juntos a la universidad. Faltaban unas horas pero desde que llegaron no vi más a Vee.

Claro que justo antes de que llegaran, me preocupé porque entré a la cocina y vi que estaba muy seria y casi llorando. Cuando le pregunté si estaba bien, me dijo y cito:

"Te amo, Froy. Pero deja de joder, me tienes ahogada preguntando siempre eso y sé que estás cuidándonos pero deja la psicosis. Estoy bien."

Me lo tomé con calma. Porque ella era la que llevaba a Maya dentro. Sus reglas. Ni siquiera pude decirle que se veía hermosa con ese vestido azul suelto.

Todos corrían completamente ajenos de mis preguntas, pero para dónde quiera que mirase, no veía a mi novia. Hace al menos dos horas no la veía.

—¿Alguien sabe dónde está Vee?—vuelvo a preguntar en voz alta pero sólo unos pocos me prestaron atención y contestaron que no.

—Se perdió la mujer de metro y medio, que sorpresa—dijo Auggie, que jugaba con Cody y Ella en su teléfono.

Mi mamá seguía arreglándome la corbata del traje aunque ya la había deshecho y hecho al menos tres veces.

—Tengo que ir a buscar a Vee—le digo pero ella me regresa la mirada con reproche.

—Hijo, te amo pero necesitas saber que la estás asfixiando.

Rodé los ojos.

—Ya ella me lo dijo, má.

Pasó sus manos por mis hombros, alisando el traje.

—Dale un respiro. Tiene al menos a trece personas encima que le preguntan uno detrás del otro cómo se siente. No es una niña de ocho años. Necesita su espacio.

Asentí, alejando la ansiedad de no tenerla a la vista.

—¿Me veo muy tóxico con ella? ¿Controlador?

Me sonrió con ternura. Pero yo estaba cagado.

—Ella sabe que no lo haces como algo malo—me calma—Sabe que quieres lo mejor para ambas.

Ambas. Mi novia y mi hija que nacerá pronto. No termino de creérmelo.

Era un pendejo de veinte años que vivía en una relación muy tóxica y que dejó los estudios y trabajaba las veinticuatro horas para poder sobrevivir.

Y ahora tengo veinticuatro, es el día de mi graduación de la universidad y tendré una hija con la mujer de mi vida. Me llenaba el cuerpo entero de orgullo y felicidad pensar en ello.

Miré a mi madre por unos segundos. Sin saber cómo decirlo.

—¿Estás orgullosa de mi?—le pregunté.

Sus ojos se cristalizaron. Me rompió el corazón.

—No llores, por favor—le pido, quitándole las lágrimas que le caían por la cara.