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Tomé un taxi desde la casa de Nicole tan pronto como me fui, y él llegó rápidamente. Me dirijo a Shorty's, donde tal vez Perry ya me esté esperando. Pero todo el camino solo pude pensar en lo que acababa de pasar.

Dios mío, ¿cómo pudo haber sucedido tan fácilmente cuando nunca he tenido esta relación con mujeres?

Y no solo con mujeres, sino con Nicole.

Nuevamente la besé primero. A estas alturas ella debe ser consciente de que me gusta, de lo contrario, ¿por qué la besaría dos veces seguidas sin permiso?

Y cielos... ella es asombrosa. Ya sabía que las mujeres se sentían atraídas por ella por su belleza, pero en el lado sexual, ¡cielos!

Fue uno de los mejores orgasmos que he tenido en mi vida, si no el mejor. Y ha superado a muchos hombres con los que he estado, sin comparación.

¿Cómo podía entregarme tan fácilmente en sus manos, sin miedo a hacer algo malo, dejando que ella tomara posesión de mi cuerpo?

Cuando pegamos nuestros cuerpos, Dios mío, nunca me había sentido tan cómoda. No me iría si fuera por mí, quería tomar posesión de su cuerpo también.

Cómo me apoderé de tu boca. Cielos su boca nunca se había sentido más como la mía.

- ¿Em?

Desperté de mis pensamientos, de cara a la ventana, con el taxista llamando mi atención. Conmigo ahora volviéndome hacia él.

- Ya llegamos.

- Oh, genial.. - Saqué el dinero de mi billetera y se lo entregué. - Gracias.

- Gracias

Salí del vehículo y él se había ido. Así que me dirigí a Shorty's.

Ya había muchos clientes, Rosita llegó temprano para cubrirme y mi tía estaba detrás del mostrador. Y Perry estaba allí, sentado en uno de los bancos, hablando con ella. Lo que vi de lejos.

- Hola chicos - dije acercándome al mostrador, posicionándome a su lado.

- ¡Mi amor! – saltó del banco acercándose a agarrarme de la cintura y dándome un suave beso, luego abrazándome, haciendo que mi cabeza descansara sobre su pecho. - ¡Cómo te extrañé!

- ¿Por qué estás lleno de tinta? – preguntó mi tía, notando las manchas en mí.

- Fui a ayudar a Nicole a pintar la casa.. - Intenté expulsar cualquier otro recuerdo de lo que realmente sucedió mientras respondía.

- ¿Pintaste la casa o te pintaste tú? - Comentó mi tía entre risas. Pero no me reí.

"Todavía tan lindo con esas manchas de tinta", comentó Perry.

- ¿Estaba todo bien en el camino de regreso aquí? – pregunté soltándonos, pero él seguía sujetando mi cintura.

- Estaba todo tranquilo, yo no estaba tranquilo esperando verte pronto - Me sonrió, y yo le correspondí como pude. Porque mi cabeza está más revuelta que un rompecabezas.

- Te decía que te traía regalos - Dijo mi tía.

"Gus estaba sorprendido", dijo Perry, riendo. - Lo dejé ahí arriba, ¿subimos a ver?

Soltó mi cintura y tomó mi mano, solo asentí con la cabeza para que subiéramos a la casa.

Allá arriba, había dos bolsos grandes en el sofá, se movió frente a mí soltándome la mano y fue a abrir uno de ellos.

Sacó un vestido sin tirantes azul oscuro con destellos, me lo dio en la mano y yo lo tomé.

- Lo vi en un escaparate y te vi enseguida, es tu estilo, ¿no? – preguntó poniendo sus manos en sus caderas.

Amor en secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora