LIRIO

44 5 0
                                    

Me desperté con un olor a alcohol en la nariz, lo que me hizo fruncir el ceño tan pronto como me desperté en la cama.

- ¡Dios mío, qué susto! – exclamó Wynonna en voz alta.

- Mi amor, ¿estás bien? – preguntó mi tía apresuradamente.

Los dos estaban inclinados sobre mí, en la cama, sin que yo entendiera nada de lo que estaba pasando.

- ¿Que pasó? ¿Por qué estás encima de mí? – pregunté, estirando los brazos para levantar la espalda y sentarme en el colchón.

Me pasé el dorso de la mano por la nariz, todavía olía a alcohol fuerte, como si me lo hubieran echado.

Los dos regresaron a su posición normal, parados al lado de la cama. Mi tía con una mano en la cadera y la otra acariciando su frente.

- ¿Qué tomaste niña? ¡Te desmayaste! – Wynonna habló alterado.

"Acabo de tomar mis pastillas para dormir", fruncí el ceño en respuesta.

- Pensamos que tenías... ¡AAA! - Wynonna se alejó de la cama sin terminar la oración, dándose la vuelta y pasándose las manos por el cabello.

- ¿Cuántas pastillas te tomaste? – Ahora mi tía preguntó a diferencia de Wynonna, paciente.

- Cuatro

- ¡¿CUATRO?! -Wynonna me miró con los ojos muy abiertos.

- ¿Por qué tomaste todo eso? – Mi tía otra vez. – Cuando el médico le dio este medicamento, dijo que debe tomar dos.

- Porque quería dormir más rápido, ¿cuál es el problema? - Hablé con voz tranquila.

- ¡El problema es que te desmayaste cabezón! – dijo Wynonna. Te llamamos, te sacudimos, gritamos y no te despertaste.

- ¿enserio? – pregunté realmente sorprendido, de nuevo frunciendo el ceño.

- ¿Me veo como si estuvieras bromeando? -Wynonna preguntó levantando las cejas.

"Tranquila, Wynonna", le dijo mi tía, levantando rápidamente una mano en el aire. – ¿Sientes algo diferente? -Se volvió hacia mí y me preguntó.

Me detuve un rato a pensar y ver si realmente estaba sintiendo algo.

- Me duele la barriga, pero no es fuerte.. - Empecé a hablar, alternando la mirada a los dos. – Y me siento un poco débil... ¿por qué me huele a alcohol en la nariz?

"Porque eso es lo único que te despertó", respondió Wynonna, ahora más tranquila de lo que estaba.

- Sabes que está prohibido hacerlo cuando alguien se desmaya, ¿verdad? – le pregunté, y ella me miró con enfado.

- Creo que mejor te llevo al hospital.. - Me dijo mi tía.

- No hace falta tía – le dije.

Empujé la manta sobre mí hacia un lado y deslicé mis piernas fuera de la cama al lado de mi tía. Me puse las pantuflas mientras aún estaba sentado y luché por levantarme.

Caí.

- ¡waves!

Mis piernas no me sostenían y caí al lado de mi tía, ella me sostuvo. Wynonna corrió de inmediato y vino a abrazarme también.

- ¡¿Y todavía crees que no lo necesitas?! – preguntó Wynonna.

Traté de estabilizar mis pies en el suelo de nuevo y lo logré, ambos todavía sujetando mis brazos a cada lado. Enderecé mi postura y dije que todo estaba bien, con ellos soltándome.

Amor en secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora