pesadilla

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Después de que llamé a mi tía y ella me regañó , decidí que me iba a ir a casa.

Ya son las cuatro, y aunque Nicole dice que no la molesto, tiene trabajo que hacer. Quien ya dejo de lado, solo para cuidarme.

No creo que nadie me cuide con tanta delicadeza como ella, siento que me voy a romper si no me abraza fuerte.

Y también necesito organizarme, tanto mis pensamientos como mi vida.

Al final de la llamada le dije a Nicole que me iba a casa, y fuimos a su habitación para que me cambiara, después de todo todavía estaba en pijama. Me puse la misma ropa con la que vine, mis jeans celestes y cacharrel negro.

Nicole se ofreció a llevarme en coche en lugar de que yo tuviera que tomar un taxi y, a pesar de mi negativa, insistió y logró que yo condujera.

Llegamos rápido porque aún no era hora punta, y aun así, en una ciudad tranquila, las horas punta son tranquilas. Y decidió venir conmigo a ver a mi tía.

Como de costumbre, Gus y Rosita están detrás del mostrador y todavía hay una cantidad considerable de clientes sentados en las mesas.

Pasamos junto a ellos y fuimos directamente hacia ellos. Mi tía, tan pronto como me vio desde lejos, se quitó el paño de cocina del hombro y dio la vuelta para salir del mostrador. Me abrazó con fuerza cuando llegamos al frente de los bancos.

- Estaba tan preocupada pequeña - Me dijo cuando nos apartamos del abrazo, pero aún sosteniendo mis brazos.

- Siento no haberte dicho nada antes tía.

- Está bien, ahora estás mejor - Volteó su rostro hacia Nicole, que estaba a mi lado. – y gracias a ti, querida.

Soltó mis brazos y ahora fue a darle un abrazo, apretándola alrededor de la cintura. Y Nicole envolvió uno de sus brazos alrededor de los hombros de Gus, dándole un beso en la frente.

- No hice gran cosa - dijo Nicole mientras los dos se alejaban del abrazo.

- Sí - me uní a la conversación, mirando a Nicole. Ella me dio una sonrisa.

- Bueno, ahora me gustaría saber qué pasó exactamente - me dijo mi tía. – porque Nicole no me contó todo

- Te digo tía, ¿vamos arriba? Di la idea, hablando pacientemente.

- ¡Lo haremos! - Se volvió hacia Rosita. – ¿Puedes manejarlo por ahora?

- Claro, pueden irse - dijo Rosita, refiriéndose a los clientes.

Luego giré mi rostro hacia el de Nicole, y el de ella se volvió hacia el mío, haciendo que nos miráramos por un segundo.

- ¿Hablamos más tarde? - Yo pregunté.

- Sí, cualquier cosa me llama - Ella me sonrió, y yo a ella.

Me acerqué a su rostro y le di un beso en la mejilla, a pesar de desear tanto haberlo dejado en su boca.

Y mi tía y yo subimos las escaleras, pronto con nosotros yendo a la sala y sentándonos en el sofá. Levanté las piernas y me incliné, y mi tía se apoyó en la almohada.

Le dije, de la misma manera que le dije a Nicole. Aparte de que me volví loco porque quería romper con Perry, y él empeoró las cosas.

- Amo a Perry, pero esta vez se excedió. Una casa tiene que tener el consentimiento de ambos - Habló mi tía después de haber terminado el "cuento".

- Por eso me enojé y me fui de ahí, a la mitad me dio una crisis

- Pero, ¿por qué no fuiste a lo de Nicole o viniste directo a tu casa?

Amor en secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora