DESACUERDO

56 4 0
                                        

Después de que Waverly se fue, volví a hacer mi trabajo. Pero la mitad de mí está un poco paranoico por lo que dijo. "Eso no puede ser una buena señal".

Simplemente no está en mis planes en absoluto, dejar mi trabajo como sheriff por eso. Parte de esa responsabilidad es tomar riesgos, y lo acepté de buena gana.

Traté de alejar estos pensamientos tanto como pude volviendo mi atención a todos los papeles fugitivos, luego escuché la puerta de un auto cerrarse de golpe. Entonces Lonnie entró por la puerta de la sala de estar.

- ¿Salió todo bien? Lo miré interrogándolo.

"Sí." Se acercó a su escritorio y se sentó. – la casa de la mujer fue allanada, pero no se llevaron dinero, solo unos tres jarrones. Ella dijo que era caro, por lo que deben haberlo recogido para revenderlo y obtener algo.

- Gente que no tiene nada más que hacer... - Sacudí mi cabeza negativamente, y volví a los papeles sobre la mesa.

Entonces mi teléfono celular en la mesa comenzó a sonar. Lo tomé para ver quién era, y es Nedley.

- Hola Ned - Espera.

"Nicole, necesito ayuda", dijo, aparentemente murmurando de dolor.

- ¿Ned? ¿Qué sucedió? - Me enderecé en la silla, prestando atención como por reflejo.

- Estoy tirado en la sala, creo que me torcí el pie, me duele mucho y no puedo levantarme - Su voz falló y los gruñidos de dolor continuaron.

- Ya me voy - Me levanté bruscamente tomando la llave del auto, pasando la mesa de Lonnie directo a la salida, luego apagué el aparato.

Empecé rápido y con la misma rapidez llegué a su casa. La puerta estaba abierta, así que entré de inmediato.

Vi la habitación desde la puerta y Nedley estaba en el piso encima de la alfombra, con una escalera también caída y estaba de costado.

Corrí una corta distancia hacia él y me agaché, tocando su cuerpo.

- ¿Qué hiciste viejo? – pregunté nerviosa.

- Subí las escaleras para cambiar la bombilla y perdí el equilibrio... - Giró su cuerpo, recostado sobre su espalda. – los muy gorditos no sirven para subir escaleras. Se rió, pero seguía murmurando.

- No estás gordo eres lindo – Me permití reírme un poco pero aún estaba nerviosa. – ¿Crees que podrás levantarte?

- Basado en el nivel de dolor, no lo creo..

- Está bien, tratemos de sentarnos entonces.

Fui a donde estaba su cabeza, arrodillándome allí, y empujé su espalda sobre sus hombros con fuerza. Se sentó, con las piernas estiradas.

- ¿Puedo tocarlo para ver qué tan malo es? – pregunté, levantándome y arrodillándome frente a sus pies.

- Sí, es la izquierda.

Lentamente puse mi mano en su pie. Y con solo ponerlo encima, sin siquiera apretarlo, lo sintió. Empecé a apretar ligeramente y se sintió aún más.

- Sí, debe haberse torcido... - Dejé caer mi mano de su pie y lo miré. Estaba haciendo una cara fea. - o peor...

Me puse de pie y puse mis manos en mis caderas.

- Te llevaré al hospital, tendrás que apoyarte en mí - Caminé a su lado y encorvé la espalda.

Puso su brazo alrededor de mi cabeza y lo levanté, con mucha dificultad, ya que apenas podía apoyar el pie. Así que nos fuimos con él, cojeando como Saci, al carro.

Amor en secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora