Amor en secreto

la granja parte -2

   Después de que salimos del establo, Waverly quería llevarme por la granja.

Es un lugar hermoso, podría ser fácil vivir en un lugar como este, especialmente con tantos animales. Pero, también pondría gatos. Hasta ahora, no he visto ninguno.

Hay cercas de madera por todo el campo, separando cada espacio. Por ejemplo, caminos de tierra desde el césped.

En este momento Waverly camina delante de mí, pero sosteniendo mi mano, como si estuviera tirando de mí.

Me tomé un momento para mirar alrededor de la granja, para enfocar mis ojos en ella. Ella es linda.

Ella viste un overol corto de mezclilla, dejando sus piernas visibles, con una camisa amarilla de manga corta debajo; y, sin embargo, las mangas están arremangadas. Su estrella roja en los pies y su cabello estilo samurái.

Me río para mis adentros, discretamente, pensando que parece una niña llevándome a un parque; más aún siendo corto.

- ¿Que pasó? – Waverly se dio cuenta y volteó hacia mí, inquisitiva pero sin dejar de caminar.

- Nada - Vuelve a reírse discretamente. - ¿A dónde vamos?

"Vamos a ver a la oveja bebé", respondió Waverly, mirando hacia adelante. – a pesar de pensar que ya no son cachorros.

Llegamos a una casa mediana hecha de madera, sin puerta alguna. El suelo está todo sembrado de heno y hay vallas de madera que separan cada espacio por animal.

Waves soltó mi mano y se adelantó a la valla de ovejas, ella se colocó al frente y yo me coloqué junto a ella.

- Sí, ya no son cachorros - dije irónicamente, ahora los dos mirando a la oveja.

"Oh, Dios mío, han crecido tanto desde la última vez que los vi", dijo Waverly.

Luego colocó ambas manos en la valla y metió la primera pierna, luego la otra; entrar en el espacio con las ovejas.

- Ven - Y me llamó a mí también, haciendo un gesto con la cabeza.

No dije nada y me fui, pasando la primera pierna por encima de la cerca y luego la otra.

Tan pronto como entré en el espacio de las ovejas, los dos vinieron hacia mí. Alcanzaron mis piernas y comenzaron a dar vueltas a mi alrededor, su pelaje blanco y esponjoso me hacía cosquillas.

Empecé a reír, mirándolos frotándose contra mí. Escuché la risa de Waverly también, levanté mi rostro hacia ella y ella tenía las manos en las caderas mirando la escena.

- No te preocupes que no muerden - dijo Waves acercándose a mí ya las ovejas. Se inclinó y comenzó a acariciar a uno.

- Yo sé que las ovejas no muerden tonta - Me agaché como ella, comenzando a acariciar a la otra. – ¿También tienen un nombre?

- Les di nombres cuando llegaron aquí, pero no contestan. – respondió waves. - Te mostraré.

Dejó de acariciar a las ovejas y se puso de pie, luego se dio la vuelta y se alejó tres pasos de mí y de ellos.

- ¡Lucy, Lucy, ven aquí Lucy! – empezó a llamar Waverly, dándose palmadas en las piernas. – ¡Cariño, cariño, ven aquí!

Ninguno de los dos se movió o se volvió hacia ella, me reí.

- ¿No hablé? – dijo Waves acercándose de nuevo, ahora sin agacharse.

- Lucy y Mel - dije aún entre risas discretas, le hice mis últimas caricias y me levanté como ella. - Me gustaron.