Amor en secreto

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En la competencia por quién bebe más, Wynonna compitió con Rosita y otros dos muchachos, y obviamente ella ganó.

Siempre ha terminado con la máquina de bebidas con mucha facilidad. Una de las razones por las que no trabaja en el bar, como puedo haber dicho.

Después de unos minutos de que Nicole me diera el sombrero que ganó, decidimos entrar y ver cómo iba esta competencia.

Era la mesa más concurrida, en su mayoría hombres, seguramente ya muy molestos. Cuando Wynonna ganó, saltó de su silla con un grito y golpeó su vaso contra la madera. Por suerte, no se rompió.

Nicole y yo la vimos de lejos y nos morimos de la risa, aunque no es la primera vez que la vemos ganar un concurso de bebidas.

Luego se acercaron a nosotros, tambaleándose un poco, simbolizando estar mareados.

- Te dije que ganaría - Wynonna llegó señalando con el dedo el rostro de Nicole, quien le dio unas palmaditas haciendo que su mano bajara.

- Por suerte para ti no puedo beber, volveré conduciendo – Nicole se cruzó de brazos con aire de superioridad.

- ¿Volver adónde? Hoy la fiesta es toda la noche, puedes beber y dormir con Waverly

Inmediatamente mi rostro se puso serio y mis ojos se abrieron, disimulando rápidamente para que nadie notara nada.

Y Nicole también se veía incómoda, o avergonzada, lo que nunca sucedió entre nosotros cuando la idea era acostarnos juntos.

Rosita, que ya sabía lo que le había dicho, se dio cuenta de mi forma de ser e intervino en el medio cambiando de tema.

- ¿Que hacemos ahora?

- ¡¡Ah, hay un toro mecánico!! – Wynonna habló en voz alta, a pesar de que todos estaban cerca.

- ¡¿Un toro mecánico?! – pregunté sorprendida y con el ceño fruncido, porque yo no sabía eso.

- ¡Sí! Gus y yo lo trajimos mientras ibas a comprar tu disfraz. Vaciamos esa habitación trasera que estaba llena de madera vieja y la pusimos allí. Wynonna señaló la puerta a cierta distancia.

- ¡Así que vamos gente! Rosita jaló a Wynonna del brazo y los seguimos.

Cuando entramos en la sala, también estaba llena, con gente alrededor del toro esperando su turno. Y Rosita y Wynonna ya están en la fila.

- ¿Tu vas? – me preguntó Nicole señalando al toro. Ella y yo teníamos nuestras botellas de cerveza en nuestras manos.

- ¿Con esa falda? Mala idea - respondí negando con la cabeza.

- Hablas como la típica animadora - dijo Nicole mirando al toro, y yo giré mi rostro hacia ella sin darme cuenta. Una risa escapó de su boca, y me hizo sonreír.

- ¿Y tu vas? – Ahora le pregunto.

- ¿Con ese uniforme? Mala idea – respondió Nicole imitando mi frase, lo que me hizo reír, y le di una palmada en el brazo.

"Necesitas mejorar tu fuerza, Earp", se rió, llevándose la botella a la boca para tomar un sorbo de su cerveza.

Negué con la cabeza entre risas y volvimos nuestra atención al toro mecánico.

Después de unos minutos de gente esperando su turno, llegó Rosita's. Se subió al toro mientras Wynonna le gritaba.

El toro giró tres, cinco, tal vez hasta más de diez veces a la velocidad rápida, y Rosita no se cayó. Solo bajó en los últimos segundos, lo que significa que lo hizo muy bien.