Amor en secreto

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No hay nada peor que despertarse con resaca y sentir un dolor de cabeza insoportable. Me duele el cuerpo como si hubiera estado en una pelea.

Levanté la cabeza de la almohada y el pequeño movimiento que hice ya me mareó, volviendo a bajar. Me llevé una mano a la cabeza, apretando como si eso fuera a detener el dolor.

Estoy sudoroso y mi garganta está seca. La luz que está entrando al lugar me está irritando de una manera absurda. Y siento que se me revuelve el estómago.

Incluso abrir los ojos parece una dificultad debido a un dolor de cabeza, pero lo hice. Miro un techo que no es mi habitación y cierro los ojos, no solo por el dolor sino porque me sorprende dónde estoy.

Miro a la izquierda, nada. Miro a la derecha y mis ojos cerrados se abren de golpe.

Perry está durmiendo a mi lado. Estamos en una cama. Estoy cubierto y él también. Miro por todo el espacio de nuevo, y estamos en su habitación.

Mi corazón está acelerado, y no es solo por la resaca. Tengo miedo de estar desnuda, y él también. Apoyé los codos en el colchón y rápidamente saqué la manta, empujándola hacia un lado.

Un gran alivio salió de mí. Estoy completamente vestido. Tanto el pantalón como la blusa.

Me permito levantar la espalda y sentarme en el colchón, con dificultad, ya que el dolor persistente sigue siendo fuerte. Me paso las manos por la cara y miro a Perry durmiendo. Está boca arriba, con los brazos dentro de la manta.

Alcanzo la manta sobre su pecho y la tiro hacia abajo ligeramente. También está vestido, BIEN.

No es que Perry desnudo o sin ropa fuera una sorpresa para mí, ya dormíamos en la misma cama. Pero ahora, ya no puedo asimilar esta idea. No con él.

No recuerdo cómo llegué aquí, a su habitación. No es lo que pasó antes.

Recuerdo haberlo llamado para que me recogiera cuando salí del bar ayer, porque no encontraba un taxi. Y los que encontré estaban tardando mucho en llegar, porque estaban muy lejos.

Sabía que había salido con Lily y Nicole, así que cuando llegó preguntó qué había pasado y dónde estaban. Dije que comencé a sentirme mal y les dije que me iba, pero que podían quedarse y divertirse.

Perry entendió y en lugar de llevarme a casa, fuimos a su casa. Porque dijo que podríamos pasar algún tiempo juntos ya que no estamos pasando mucho tiempo juntos.

Acepté solo porque quería hablar con alguien, ya que no podía dejar de pensar en el beso que Nicole le dio a Lily.

Después de que llegamos a su casa, nos hizo comida a los dos. Comimos en paz, luego fuimos a hablar a la sala. Y juntos trajo una botella de cerveza con varias botellas para que bebiéramos.

Siempre hemos tenido la costumbre de beber juntos, para acompañar nuestra charla. Ya había bebido bastante en el bar, pero recuerdo que necesitaba y quería beber más.

Después de eso, no recuerdo nada más. Pero ese maldito beso de Nicole, lo recuerdo. Gracias por la bebida, era exactamente lo que quería.

Me vuelvo hacia el lado de Perry de nuevo y él se está moviendo, comenzando a despertarse. Abrió los ojos y parpadeó un par de veces, luego se volvió hacia mí.

- Buenos días amor - Dijo con voz somnolienta, levantando los brazos y estirándose.

- Buenos días.. - respondí.

- ¿Te sientes mejor? preguntó, bajando los brazos y descansando sobre su estómago.

- ¿Mejor que? Fruncí el ceño confundida y no fue una buena idea, porque sentí otra punzada de dolor.