CAPITULO N°6

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Comencé a sentir mi cuerpo poco a poco, después de unos segundos los dedos de mis manos se movieron al igual que mis piernas

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Comencé a sentir mi cuerpo poco a poco, después de unos segundos los dedos de mis manos se movieron al igual que mis piernas. Estaba saliendo de mi transe.

Abrí los ojos de par en par y pestañé unas cuantas veces a medida en que mi vista se iba aclarando. Sentí unas manos sobre mi cuerpo, una mujer intentaba quitarme la blusa por lo que me obligué a reaccionar rápidamente y sujeté su muñeca de un solo movimiento. Ella se quejó un poco por la fuerza que ejercía pero no le di ni siquiera una mínima atención a su molestia, estaba más concentrada en examinar todo a mi alrededor, había un espejo en plena esquina, un peinador a su lado y un estante lleno de ropa, la luz era tenue, pero lo suficiente como para que cualquiera pudiera desplazarse por el ambiente.

Me encontraba sentada sobre un sofá rojo por lo que llevé mi mano libre a mi tobillo con la intención de tomar mi daga, pero no la encontré, eso me alarmó pues sin al menos una estaba en problemas, podría pelear con las manos pero definitivamente no podría hacerlo ni llegar lejos si lo hacía contra un impuro.

Bhal, imbécil, si salgo ilesa de aquí juro que voy a hacerte sufrir.

Ellos se llevaron todas tus armas...

Miré de reojo a la mujer, era la que estaba en la zona vip, a la que el impuro besó. Su maquillaje seguía corrido, su ropa no le cubría mucho el cuerpo, por lo que esta temblando. Me miraba atenta con esos ojos color verdes llorosos, tenía algunas pecas en las mejillas y una nariz respingona. Su cabello era negro y largo, le llegaba hasta por debajo de sus caderas. Era una humana hermosa pero lastimosamente había caído en las manos equivocadas.

— Ya me di cuenta —hablé de mala gana haciéndola a un lado con cuidado.

Me puse se pie tambaleandome un poco, el aliento de ese impuro fue realmente asqueroso, pero definitivamente un sedante muy efectivo, ¿Cuántas horas había dormido? y la pregunta más importante, ¿Dónde carajo estaba?

Rayos... Ni siquiera había una ventana y aunque la puerta estaba en frente no tenía mucha esperanza, nadie la dejaría abierta, a menos que...

— ¿Tienes la llave? — le pregunté a la mujer.

Ella me miró un poco asustada y negó rápidamente.

— Ellos solo me enviaron a prepararte.

Mi ceño se frunció, ¿Prepararme exactamente para qué?

— ¿Prepararme?

— Para la subasta, dijeron que debía ponerte bella.

— No iré a ninguna subasta, voy a salir de aquí y si tú también quieres largarte de este lugar te sugiero cooperar, ¿Entendido?

Ella negó y abrazó su cuerpo tratando de protegerse.

— No haré eso — habló tímida — ellos nos atraparán de todas formas... no quiero que me corten la piel o me quemen por horas en las salas rojas.

INFERNUM:Llamas Ardientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora