CAPÍTULO N° 9

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Los días más tranquilos en el palacio eran cuando el rey salía a su basto territorio para poner orden, todos podían relajarse un poco, incluyéndome

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Los días más tranquilos en el palacio eran cuando el rey salía a su basto territorio para poner orden, todos podían relajarse un poco, incluyéndome.

Había fiestas, alcohol y mucho sexo, los castigos se reducían al igual que las misiones. Eran como días libres para dar un respiro de todo el caos. Algunas tropas ya habían vuelto, sin embargo, el rey había decidido extender su salida.

— ¿Por qué no nos unimos a la fiesta? — Katrien observaba cansada mis intentos de blandir la espada.

La sentía demasiado pesada, no podía protegerme solo con las dagas y sobre todo no quería ser una carga nuevamente.

— Te dije que podrías ir sin mí. — continúe con mi entrenamiento.

Estaba toda sudada, tenía el cabello todo hecho un estambre y las mejillas rojas por la calor. Sí, el clima era muy variante en el centro del infierno.

— ¿Cuál es el chiste si no voy con mi mejor amiga? — preguntó arreglando su melena, se había arreglado muy bien para la noche. 

— Debo entrenar más, mi habilidad estuvo del asco durante las últimas semanas, lo que menos quiero es que el rey mande a desagarrarme la piel latigazo tras latigazo.

Ella rodó los ojos y soltó un chasquido impulsandose en el varandal como si fuera un columpio. Llevaba un lindo vestido verde casi transparente, se le veían los pezones y parte de su abdomen bajo. Sus tacones eran dorados y demasiado altos, tenía varías joyas en las muñecas y en el cuello.

Se había puesto realmente bella.

— ¡El rey no esta aquí! — se quejó dando un salto sin problemas hasta mi. Contoneó sus caderas y cogió una daga, jugueteó con ella y finalmente la llevó a su lengua, hizo un corte y luego tragó su propia sangre — me estoy aburriendo.

— Pues ve entonces — me encogí de hombros — las fiestas de demonios definitivamente no son lo mío.

No lo eran, definitivamente las fiestas de los demonios eran extremas, no solo había orgías y sadomasoquismo por todos lados, se veía mucho más ahí.

— ¡Rayos!, ¡Ya sé que odias a Bhal pero no es para tanto!, sí, el tipo es un cabrón pero hay que admitir que las fiestas que da son increíbles. Además, acabo de volver, quiero divertirme un poco después de habermela pasado cortando cabezas por aquí y por allá.

¿Olvide decir que la fiesta la había organizando el idiota de Bhal?

Otra razón más para no ir, no quería ver su asqueroso rostro, no desde lo que pasó en las aguas termales, no podía quitarme esa sensación de vergüenza y odio así que lo estaba ignorando por completo.

¡Se burló en mi cara!, apostó con sus horribles soldados...   Ese...

— Ya te dije que no quiero verlo, ¿Ok?, suficiente tengo con aguantarlo, ve tú.

INFERNUM:Llamas Ardientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora