CAPÍTULO N°7

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Mi cuerpo se movió de un tirón, fue el instinto pues poco a poco comenzaba a sentir cada parte de el

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Mi cuerpo se movió de un tirón, fue el instinto pues poco a poco comenzaba a sentir cada parte de el. Todavía me sentía adormezida, como si nunca en mi vida hubiera caminado, como si nunca en mi vida hubiera utilizado las manos o incluso los dedos de las manos.

Abrí progresivamente mis ojos, pero los cerré al mismo tiempo casi de inmediato, el lugar estaba completamente oscuro y aun así había una fuerte luz blanca puesta sobre mi, como si fuera una jugosa presa en medio de un enorme escenario.

Tosí un poco y luego tragué la saliva espesa de mi boca, me dolía la cabeza como si miles de martillos me estuvieran golpeando una y otra vez, así no podría salir de aquí.

¿Cuántas veces me habían sedado ya?, me sentía débil, demasiado débil.

De un momento a otro todos los sonidos volvieron a mi, como un golpe, varios aplausos me dejaron confusa, miré atentamente al público y me removí con temor al ver a los cientos de impuros sentados, atentos y esperando ansiosos a que empezara la función.

Esto era malo, era muy malo...

Bhal si resulta que no estas muerto entonces yo misma voy a matarte de una vez por todas con mis propias manos...

Unos fuertes pasos hicieron temblar el escenario, miré a mis espaldas y di con uno de ellos, caminó hasta mi y me rodeó como a toda una presa, cuando menos lo esperé dio un grito estruendoroso y comenzó a golpear su pecho en muestra de mando, di un respingón ante el arrebato y me removí colgada de brazos haciendo una mueca de desagrado.

Todos se emocionaron y gritaron junto a él como las bestias que eran, golpeaban sus pecho peludos y mostraban en una sonrisa ensanchada sus asquerosos y podridos dientes.

A estas alturas hasta un gorila era más educado al lado de ellos, ¿qué se podía esperar?, ni siquiera eran demonios como tal, solo creaciones erróneas y abominadas por el averno.

— ¡¡Esta noche, uno de ustedes se llevará a este deliciosa hembra virgen!!

Ese anuncio hizo que la multitud se pusiera de pie y gritara con más fervor. Hice una mueca de asco y me removí con fuerza una vez más, las cadenas en mis manos eran gruesas pero aun así debía intentar algo por mi misma, esto era el infierno, ningún principe vendría por mi, aquí estaba completamente sola y tenía que valerme por mi misma.

— Es inútil, humana — era su líder — esas cadenas son de la mejor cálidad, yo mismo corté la cabeza del que las hizo, solo conseguirías arrancar tus propios brazos con tanta insistencia.

Ese impuro se dio paso en el escenario mientras que el otro agachaba la cabeza en señal de respeto. Lo miré con odio y apreté la quijada.

— ¿Por qué esa cara? — burló — agradece que eres pura y que solo por eso te venderé a mis mejores clientes, de otra forma te habría dado a uno de de mis sirvientes y ya.

INFERNUM:Llamas Ardientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora