CAPÍTULO N°4

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Brie aun permanecía dormida, lo había estado toda la noche anterior y casi todo el día, ahora solo faltaba apenas unas dos horas para que la luna llena saliera

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Brie aun permanecía dormida, lo había estado toda la noche anterior y casi todo el día, ahora solo faltaba apenas unas dos horas para que la luna llena saliera.

Estábamos en mi habitación, junto a una sanadora, según ella, le rompieron las costillas, algunos huesos de la mano y las piernas para que no pudiera correr. Si yo no hubiera llegado a tiempo no podía ni imaginarme lo que le habrían hecho. Los soldados del rey hacían este tipo de cosas con las demás esclavas del palacio y ellas solían acceder a sus depravadas peticiones con gusto, pero Brie, ella era diferente, no se doblegaba fácilmente.

Quizá eso les molestó y por eso tuvieron que doblegarla. Después de todo, Brie era muy bella a pesar de su estatus.

— ¿No ha dormido mucho ya? — pregunté a la sanadora, la misma que cuidó de mí antes.

Ella estaba sentada a su lado, me observó de reojo y asintió.

— Lo suficiente, tranquila, ya despertará pronto.

— Eso es bueno, quiero llevarla con el rey lo antes posible y en buenas condiciones. Quizá ya comienza a preguntarse porqué una de sus esclavas no esta para servirlo.

Ella frucio el ceño.

— El rey no esta en el palacio, Selene, ¿No lo sabías?

¿No estaba?, eso explicaba porque no había mandado a buscar a Brie, podría jurar que ella era su favorita.

— ¿Pasó algo malo? — indagué.

La sanadora tocó la frente de Brie con el dedo índice y el del medio para traspasarle más energía a su cuerpo.

— Nada grave — aseguró — solo fue a despedir a su hijo bastardo a la frontera.

— Vaya... Ya tiene un nuevo favorito. — burlé soltando una largo suspiro cansado.

— Bhal siempre será su favorito — replicó con seguridad — solo lo esta presionando indirectamente para que se comporte de una buena vez.

— Claro, dudo mucho que su estrategia funcione, Bhal esta más rebelde que nunca y aun así todo el infierno lo alaba — rodé los ojos.

Me quité la sudadera y continué con mi polera, ya era hora de prepararme para la misión

— ¿Saldrás?

— Así es, al fin tenemos una pista para encontrar al Cordus. Según las Vlias los impuros tienen información que podría servirnos.

La sanadora se puso de pie al instante y me miro un poco nerviosa, trago grueso y luego trató de ocultar su reacción volviéndose a sentar. Fruncí mi ceño mientras me ponía una polera negra y seguía con la chaqueta de cuero.

— ¿Pasa algo? — comenté alzando mi cabello en una cola.

Ella aclaró la garganta.

— Supongo que ya debes saber sobre los impuros ¿Verdad?

INFERNUM:Llamas Ardientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora