CAPÍTULO N°25

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Antes del consejo de Ancianos

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Antes del consejo de Ancianos...

 — Los iniciados llegarán pronto...

Alcé el rostro de mala gana y observé a través del enorme ventanal, arrugué un poco la nariz observando tan solo una parte de las afueras del castillo y hasta los espesos bosques. Solté un bostezo que pronto cubrí con la palma de mi mano y asentí con la cabeza ligeramente para volverla a apoyar sobre mis brazos.

— Eso parece. — respondí con un tono de voz leve.

— ¿Otra vez con sueño? — fisgoneó con un tono de voz burlesco.

Volví a elevar el rostro solo para observarla con reproche y entrecerrando los ojos.

— ¿Qué?

Sus ojos verdes chispearon con picardía y sus labios se ensancharon con una sonrisa entera.

— Muy graciosa, Brie.

Rodeé los ojos lista para volver a acomodarme sobre mi asiento y tratar de pegar los parpados hasta que un dolor punzante recorrió toda la parte de mi cuello y me hizo reincorporarme sobre el respaldar con malestar. Llevé la mano izquierda y cubrí toda esa zona para hacer presión, al pasar unos segundos, la sensación fue desvaneciéndose por lo que pude volver a respirar.

— ¿Ese dolor de nuevo?

Brie me miró de reojo mientras acomodaba algunas copas en la alacena. Asentí ligeramente y removí el cuello de un lado a otro tratando de relajarme un poco.

— Es extraño, no recuerdo haberme lastimado el cuello, aun así, ese dolor punzante vuelve cada cierto tiempo. Comienza a ser molesto.

— Quizá se deba al estrés, relájate un poco. Aunque pensándolo bien...— trató de recordar algo y luego chasqueó los dedos cuando pareció lograrlo — ¡Eso es!, recogí algunas hierbas de nartendias hace dos días, Arcana mencionó que eran muy buenas para aliviar tensiones, ¿Quieres que te dé un poco?

— Desde luego, de ser necesario puedo tomarme más de tres tazas con tal de quitarme esta horrible molestia.

— Bien, te prepararé un poco antes de que te vayas a la cama. — Brie mostró una sonrisa amable y comenzó a limpiar algunos platos con sumo cuidado.

Llevé ambas manos mis hombros y traté de hacer algunos masajes por encima, quizá solo se trataba de eso, algo de estrés y preocupación que de alguna manera se combinaron muy bien y ahora me estaban pasando factura, después de todo, la molestia comenzó luego de la noticia de que el rey ya había salido de ensoñación. Eso fue hace varias lunas así que llevaba muy buen tiempo con ese insoportable dolor, a veces se sentían como punzadas y otras como si mi piel ardiera. No estaba segura, pero de no ser esa la razón, entonces estaba perdida, jamás me había sucedido esto antes, no después de que... ¡Ah, no iba a pensar en eso!, ¡Ni en eso ni mucho menos en el imbécil de Bhal!

INFERNUM:Llamas Ardientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora