CAPÍTULO N°22

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¿A caso estaba flotando?, porque no percibía el peso de mi cuerpo y me sentía ligera como una pluma, una pluma que se dejaba llevar por el viento

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¿A caso estaba flotando?, porque no percibía el peso de mi cuerpo y me sentía ligera como una pluma, una pluma que se dejaba llevar por el viento. Mi respiración era lenta, moví los dedos tratando de sentir algunas texturas, las sábanas estaban suaves, la brisa fresca y el silencio de la instancia... todo en paz, todo en total calma.

Una sonrisa involuntaria se formó en mis labios y mis manos viajaron por toda la cama tratando de encontrarlo, sin embargo, no estaba, Bhal no estaba conmigo. Mis ojos se abrieron lentamente y lo primero que vi fue las pinturas grotescas en el techo, una lucha sangrienta entre demonios y ángeles. Las sedas se removieron sobre la cama y el viento las agitó levemente contra mi cuerpo y rostro mientras en el aparecía una mueca llena de confusión.  

Observé a mi alrededor y noté que todo estaba en completo orden, las ventanas y cortinas estaban abiertas y dejaban entrar bastante luz solar. Los muebles bien acomodados y las puertas cerradas, esto no estaba así por la noche... Todo se veía un poco diferente. 

¿Dónde estaba mi ropa? O bueno, lo que quedaba de ella.

Tomé la sábana que me cubría y me extrañé aun más cuando vi que ya no eran rojas, ahora su color era blanco. Llevé la tela por debajo de mi nariz y olfatee un poco su aroma, sonreí de lado al percibir una fragancia deliciosa a lavanda y... a él. Alcé un poco el tejido y miré discretamente por debajo, mis ojos se abrieron con asombro y volví y cubrirme con vergüenza, ¡Estaba completamente desnuda!, sujeté la tela contra mi cuerpo con fuerza y me reincorporé sobre la cama rápidamente acomodándome contra la cabecera y algunas tantas almohadas. 

Relamí mis labios nerviosa y examiné cada rincón de la habitación con la mirada, me aclaré un poco la garganta y me armé de valor para emitir mis palabras. 

— ¿Bhal? — lo llamé, pero no hubo respuesta.

¿Dónde se metió?

Pero más importante, ¿Por qué me dejó sola?

Traté de cubrirme aun más el cuerpo y me levanté de prisa para buscarlo.

— ¿Bhal? — repetí su nombre.

Apenas me sostuve unos cuantos segundos sobre el suelo y di un solo paso cuando las piernas me fallaron y caí bruscamente sobre mi cuerpo en la inmensa alfombra roja que se extendía por todo el suelo. 

— ¡¡Carajo!! — maldecí en voz alta tratando de cubrirme y arrastrándome por detrás de uno de los sillones de la habitación.

Tenía las piernas entumecidas, ¡Oh rayos, ese animal!

Dejé pasar algunos segundos más antes de levantarme por segunda vez, me sostuve del borde de la cama y caminé con lentitud y cuidado hasta sentarme nuevamente el colchón de la cama. Mis manos se dirigieron a mi cabello rojizo, lo tenía como un estambre y varios mechones rebeldes caían por los costados de mi cara mientras que otros danzaban incluso por mi frente, los hice a un lado acomodándolos nerviosamente por detrás mis orejas. Mi respiración era lenta pero sentía que mi corazón latía tan fuerte que por un momento creí que se podían oír en el silencio de la alcoba. 

INFERNUM:Llamas Ardientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora