CAPÍTULO N° 16

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Me removí sobre la cama cuando la luz que entraba por mi ventana comenzó a molestarme y mis dedos se extendieron por el colchón lentamente, pero abrí los ojos casi de inmediato cuando no sentí una segunda presencia en mi espacio

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Me removí sobre la cama cuando la luz que entraba por mi ventana comenzó a molestarme y mis dedos se extendieron por el colchón lentamente, pero abrí los ojos casi de inmediato cuando no sentí una segunda presencia en mi espacio. Me reincorporé con los codos y me senté llena de confusión observando a mi alrededor, la tela blanca resbaló por mi cuerpo y me dejó desnuda hasta la cintura. No estaba, no había rastro de él.

Llevé el estambre de mi cabello atrás y me quedé sujetando mi cabeza no pudiendo evitar recordar lo que había pasado la noche anterior. Dirigí mi vista instintivamente a mis heridas y en efecto, la piel estaba intacta, ya  no había rasguños ni mucho menos moretones. 

Me ruboricé al recordar lo sucedido, el cómo los labios de Bhal se dieron la libertad de trazar su camino por todo mi cuerpo, curando cada herida a su paso. Sus inquietas manos jugando conmigo e incluso los gruñidos que soltaba inconscientemente contra mi oído. Cerré los ojos tan fuerte como pude tratando de olvidarlo pero fue en vano, pronto comencé a visualizar la morbosa escena de nosotros dos dejándonos llevar por nuestros deseos, a él detrás de mi manteniéndome firme, tocándome sin reserva y a mí, gimiendo su nombre, el nombre del demonio al que quizá menos toleraba.

Una sonrisa salió a flote en mi rostro ruborizado, pero la borré tan pronto como me di cuenta de lo que estaba haciendo. Deliberadamente estaba fantaseando despierta con el odioso del príncipe, en estos momentos de seguro tenía una mueca atontada, no llegamos a más que los toqueteos y besos pero lo que hicimos...se sintió tan bien. 

Solo tenía una pregunta... ¿Dónde estaba Bhal?

¿En qué momento se había marchado?, lo único que recordaba era haberme dejado caer en sus brazos y cerrar los ojos para descansar un poco, la esencia demoniaca de Bhal era definitivamente fue demasiado fuerte, ni si quiera habíamos llegado a segunda base y aun así logró quitarme mucha energía, al punto de desvanecer mi fuerza y dejarme profundamente dormida.  

Quizá había vuelto a su habitación, después de todo, si alguien fuera a encontrarnos en mi recámara no sabría cómo reaccionar, todo el castillo andaría por allí hablando una gran sarta de estupideces y mucho menos quería imaginarme al harem de la realeza, a todas las demonios de casta que juraban pertenecerle únicamente a la corona y por ende, a Bhal.

¿Debería ir a verlo?

Después de lo de anoche, ¿Cómo debía actuar frente a él?, es decir, lo que habíamos hecho... por más de que solo fueron toqueteos, ¿En qué nos convertía? ¿Cómo me vería él de ahora en adelante? no podía evitar ponerme nerviosa, sentía un remolino en mi estómago.

La puerta de la habitación se abrió y por ella se dio paso una Brie muy feliz, sostenía una charola con lo que parecía ser mi desayuno y al verme desnuda perdió un poco la estabilidad y casi cayó con todo y platos.

INFERNUM:Llamas Ardientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora