Louis amaneció a causa del calor que hacía a las diez y media de la mañana, era miércoles, le tocaba dar clases con Zayn en la escuelita de surf.
Salió de la cama, pasó por el baño para darse una rápida ducha y despabilarse, para luego llegar finalmente a la cocina y prepararse el desayuno. Colocó una cápsula de café con caramelo, batió un poco de leche y cortó dos rodajas de pan casero para poner en la tostadora. Un desayuno común y corriente, pero que cargaba recuerdos pesados.
*flashback*
Era una cálida mañana de enero, cuando el ojiazul amaneció con unos rulos sobre su pecho. Curiosamente no estaba solo, quien yacía sobre sí tenía su mentón apoyado sobre su pecho, los rizos rozándole apenas la piel, sus ojos clavados en los suyos.
—Buen día, mon amour. «mi amor»— dijo el ojiverde.
—Buen día, mon coeur. «mi corazón»— respondió en un bajo francés.
—Voy a preparar el desayuno, café con leche batida y dos tostadas, ¿no?
—Parfait. «perfecto»
—Nos levantamos bilingües, ya vengo.
Depositó un beso en los labios ajenos y se dignó a salir de encima del cuerpo cómodo de su “novio”.
En la cocina sonaba una versión acústica de "use somebody", una de las canciones favoritas de ambos jóvenes, por lo cual Louis no dudó en bajar y sorprender al contrario cantando mientras cortaba rodajas de pan.
Colocó sus manos alrededor de la espalda baja de Harry y su mentón sobre el hombro izquierdo a la vez que susurraba “you know that I could use somebody, someone like you, and all you know, and how you speak”.
Al rizado se le erizó la piel, la voz rasposa, las palabras sentidas, el mundo se le dió vuelta. Si bien ambos sabían lo que sentían por el otro, aquellos pequeños actos revolucionaban la anatomía del otro, y más si eran inesperados.
—Te hago bien.— dijo en voz alta, pero más para creérselo.
—Me haces feliz.
*fin flashback*
El ruido de las tostadas saltando del artefacto lo sacó de sus pensamientos, y fue justo cuando le llegó un mensaje. Era Zayn proponiéndole ir más temprano a la playa, antes de su turno, y surfear un par de olas juntos.
Harry, en la otra punta del mundo, se encontraba almorzando en un restaurante del pueblo londinense, mientras hablaba en llamada con Agustín.
—¿Cómo anda mi persona favorita en el mundo? —se escuchó del otro lado del celular.
—¡Hermano! ¿Dónde estás ahora? ¿Qué hora es? —respondió animado el rizado.
—Hola sí yo estoy bien, ¿vos cómo estás? ¿En Londres no usan modales?—una pequeña risa se escuchó luego de eso.— Estoy en Australia y es medianoche.
—Dios, es re tarde y vos llamándome. Nunca me voy a acostumbrar a la diferencia horaria, para mí siempre es la misma hora en todo el mundo.
—Si no te acostumbras vos que vivís arriba de un avión ¿qué le queda al resto de mortales? —ambos rieron, su amistad era realmente genuina.— ¿Ya le escribiste la carta al ojos zafiros que tan enamorado te tiene?
—¡La carta! ¿Qué día es? —alejó el celular de su oreja y con el dedo índice de la mano izquierda bajó la barra de notificaciones para que la fecha apareciera arriba. —Ay es diecisiete Agustín, me haces asustar al pedo.
—¿Escribís las cartas un día antes?
—No, pero tengo tiempo. ¡Pero no tengo hojas! —elevó un poco su tono de voz, haciendo reír a su amigo.
—¿Y ya sabes qué le vas a decir?
—No… Sus cartas salen en el momento en el que me siento a escribir, ya lo sabes. Empiezo a divagar como si de un debate se tratara, ¡bienvenido a la vida de Harry Styles!
—Después mandame foto, nunca me mostras lo que le mandas si me odias decilo.
—No te mando porque son empalagosas y personales…
—Bueno hermano, me voy a dormir, ¡que descanses!
—Chau, Tin.
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Malibú || l.s
RomanceTodos tenemos un «ojalá» en nuestras vidas. Alguien que pudo ser, y se quedó en la puerta sin entrar. Una chispa que no encontró dónde hacerse llama, y que se apagó sin dejar huella. Alguien que cuelga de tus recuerdos y que, de vez en cuando, prov...