15 de abril

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Esta mañana, a diferencia de las cuatro anteriores, amaneció soleado; y demasiado caluroso.

El primero en despertar fue el rizado, con sus rulos alborotados iluminados por los rayos dorados que el sol le proporcionaba. Dejó un beso sobre la cabellera del ojiazul y se dirigió a la cocina para preparar el desayuno.

Mientras Harry esperaba que las rodajas de pan saltaran de la tostadora comenzó a divagar por la Lupita de instagram, encontrándose con una página de vuelos: "Haga una salida express a Islandia al costo de £100 el par de pasajes" Fue el anuncio que capturó la atención de Harry.

Islandia era uno de los países que tenía pendiente en su lista de aventuras, y qué mejor que ir con el amor de su vida.

Cuando la última rodaja de pan saltó, y la mesa estuvo finalmente lista, Louis apareció en escena.

—Buen día, mon amour.—dijo depositando un delicado beso sobre los labios de su amado.

—Buen día, mi amor. ¿Cómo dormiste?

Parfait, comme toujours quand je dors avec toi. «Perfecto, como siempre que duermo con vos»—dijo con un sensual francés.

Je t'aime. «Te amo»

Luego de un, para nada incómodo, silencio Harry decidió tirar la bomba.

—¿Cómo te ves yendo a Islandia en unas...—hizo una pausa para observar la hora en el reloj de pared—... dos horas?—le dió un sorbo a su café.

—¿Islandia?— dijo tosiendo.

—Sí. Encontré un vuelo extremadamente barato para mí gusto.

—¿En dos horas dijiste? Eso nos deja...—paró unos segundos a pensar.— media hora para armar las valijas y salir.

—Sí...

—¿¡Y estás tan tranquilo!?

—Louis son dos días, ¿cuánta ropa querés llevar? Arma la primer mochila que encuentres y listo, o compartimos valija y llevamos una sola.

—¿Por qué no avisas antes que son dos días? Yo ya nos veía una semana parados en Islandia.

—Si querés nos quedamos una semana...

—No, no, dos días están bien, mon amour.

Se besaron, por primera vez en aquella mañana.

Dejaron de mimarse y se dispusieron a armar una valija en conjunto, llevando cada uno tres mudas de ropa y una extra por cualquier inconveniente, dos pares de zapatillas cada uno, y cantidades de ropa exterior superior a la cantidad de días que se irían.

Así, tal como había dicho Louis, en media hora ya tenían todo listo; se habían duchado, tardaron un par de minutos extras, y se prepararon el set de mate para tomar en el camino, ya que deberían ir hasta París y de allí saldría el avión.

—Tomar mates bajo la Torre Eiffel, eso sí que es romántico.—se burló Harry.

—Mis raíces argentinas están ofendidas en este momento.

—¿Raíces argentinas?

—Sí, mis viejos nacieron en Argentina, pero se mudaron a Portugal cuando se casaron. No eran muy amantes del país.

—¿Y nunca viajaste a conocer tus raíces?

—No, nunca me animé a viajar. Lo sabes.—dijo con un dejo de tristeza.

—Entonces este es el comienzo de nuestra aventura por el mundo.

Sellaron el momento con un beso dulce, lleno de amor.

Malibú || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora