Extra: El origen de Argon

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Allen,17

Maksim me llevó a la sede de pruebas a las a fueras de la ciudad.

Este lugar era hermoso, se encontraba a un lado de la carretera y todo lo que podías ver a parte de las instalaciones del laboratorio es puro monte y una espesa vegetación.

Maksim cumplió con su promesa, podía ver, el arregló mis ojos, y aunque él trataba de consentirme con aparatos electrónicos y una habitación bien equipada en cuanto a tecnología de videojuegos, nada se comparaba ante mis ojos con lo hermoso que es un mundo lleno de vida. Así que disfrutaba estos paseos con todo mi corazón.

Era un lugar muy remoto puesto a que las personas prefieren viajar en avión antes que usar las carreteras para ir de ciudad en ciudad, incluso el tren es más Popular que el asfalto.

Y entre el monte y la hierba podías escuchar a los animales silvestres correteando o cantando.

Por las madrugadas me gustaba dar un paseo por los bordes de la carretera, Maksim no lo sabía y si lo hacía no le importaba, ya que de otra manera me hubiera impuesto un castigo.

Últimamente pasamos casi toda la semana en este laboratorio, no es que me queje, pero extraño mis consolas de video juego, el internet y hablar con Drexel. De hecho, no hablaba con nadie, ni los doctores, ni Maksim me habían llamado para hacer alguna prueba o probar medicina nueva. Esto parece un premio.

...
Ya habían pasado unas semanas desde que llegamos, ¿Es esto acaso un retiro espiritual?, caminar por las madrugadas era lo único que mantenía cuerdo, pero esta noche se siente diferente.

Hay mucho movimiento en el cuartel del laboratorio, desde donde estoy puedo escuchar gruñidos de animales y algunos rasguños en madera, raro, creí que Maksim había dejado de experimentar en animales hace mucho.

Cuando el se calmó el ajetreo en las instalaciones, decidí volver a mi habitación. Con paso cansado, y pensando en cómo estará Atzin, ya había pasado poco más de un año desde que se fue de los laboratorios. Espero que esté bien, y que Maksim no haya tratado de tocarla otra vez. Ese pensamiento es algo que me enfurece y no me deja tranquilo por las noches.

Perdido en mis pensamientos el estrepitoso sonido de algo cayendo en seco sobre el suelo de tierra llamó mi atención, busque el origen de ese estruendo.

Me adentré un poco más en las bodegas llenas de cajas de madera bien selladas, ya que contenían los preciados reactivos ilegales que le costaba una fortuna a Maksim.

Los gruñidos se hacían más fuertes, como si el animal dueño de esos sonidos guturales sintiera mi presencia y se sintiera amenazado. Tal vez si debería sentirse de esa manera.

Llegué al origen de esos gruñidos, ¿porque no me sorprende ver esto? Un perro con alambres rodeando su cuerpo y en especial alrededor de su osico, supongo que lo colocaron a modo de bozal; tiene un pelaje abundante, propio de un perro como el de su raza; es una pena que se vea opacado por las cicatrices y manchas de sangre que rodean cuerpo.
El animal no paraba de gruñirme y estar en posición defensiva, de todas maneras no podría atacarme, estaba bien sujeto por sus cadenas hacia el piso.

Creí que Maksim ya había dejado de experimentar en animales, según el, eso retrasaba "El Progreso" de sus experimentos. Lo odio.

Y lo odio más porque bajo el can que tiene encadenado y maltratado hay dos cachorros de esa misma raza, Husky.

Ambos tienen heridas, aunque sean menos que la, ahora se es la madre, igualmente impresiona a primera vista.

—Lo siento— le dije a la madre— se que es una mierda estar en este lugar, rodeado de cadenas. Pero puedo ayudarte con tus cachorros.

Lentamente  acerqué mi mano para poder agarrar a los cachorros, la madre solo me miraba fijamente y aún en posición defensiva. Creo que asimiló que ella sola no puede salvar a sus cachorros y está aceptando su destino lentamente.

Una vez que que tenía a los cachorros bien agarrados en mi brazo, con la otra mano cerraba lentamente la caja de madera donde se encontraba la madre, y ella solo me miraba a los ojos mientras lo hacía. Lo siento.

Lleve a los cachorros a mi habitación, necesitaba mantenerlos ocultos de Maksim hasta que pudiera llegar a mi habitación en la ciudad. Pero aún así sería peligroso.

Aun no amanecía, así que después de dejar a los cachorros en mi cama, decidí ir a husmear a las bodegas de "medicina", otro ridículo seudónimo para las mierdas de Maksim, pero que esta si aseguran hacer algo positivo para tu cuerpo. Una caja surtida de ampollas de vidrio azul y negro será adecuado.

Una vez llegué a mi habitación me aseguré de cerrar bien la puerta, ya que al buscar las jeringas y agujas llamé la la atención de unos doctores.

Los cachorros estaban recostados entre mantas y aún así temblaban, ¿era acaso el frío?.

Tome al primer cachorro, este no presentaba tantas heridas, su panza su panza estaba hinchada, signo de un que tiene parásitos en sus intestinos.

No estoy seguro de las propiedades exactas de los "medicamentos" de Maksim, pero se que algo bueno hacen, algo bueno hicieron en mi.

Preparar las inyecciones jamás me había parecido algo extraordinario, considerando que cuando pude ver por primera vez eso fue lo primero que observé.

Les coloqué un frasco diferente a cada cachorro, no creo que les pase nada malo. Los deje reposar tranquilo en mi cama por la noche, mientras yo volvía a la oscuridad de la noche para poder procesar todo esto observando las estrellas.

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A la mañana siguiente volví a mi habitación para ver a los cachorros...y mierda...

Vi a uno de los cachorros bien, ya no tenía heridas, de hecho, hasta se veía energético, mientras se lamía el pelaje tratando de limpiar la sangre que cubría su cuerpo, sangre que salía de las laceraciones de su hermano, su hermano muerto.

El compuesto que le coloqué le provocó esto, quemó su cuerpo desde adentro dejando como consecuencia las heridas, que por más pequeñas que se vean, la sangre que emanaba de ellas indicaba la gravedad de la lesión.

No sentí pena, ya había visto esta reacción en personas que Maksim trataba, pero no creí que mezclara las medicinas con otros compuestos.

Tome al cachorro vivo entre mis brazos, era muy pequeño e inocente. Me veía con amor y confianza, como si quisiera que yo lo cuidara, pero sé que a mi lado él moriría.

Lo quiero proteger, a el y a Atzin, y que mejor manera de proteger a los que quieres que teniéndolos juntos. Pronto iré con ellos y nos reuniremos.

 Pronto iré con ellos y nos reuniremos

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𝐋𝐚 𝐑𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora