Capítulo 21

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<<Confesiones>>

Atzin.

La noche de fiesta había llegado a su fin, y en el camino de vuelta a la casa de playa de Allen, la adrenalina fue bajando. Bebimos en exceso, pero era más por el cansancio que la necesidad de una sensación estimulante, cada tanto Allen sacaba un pequeño frasco con un líquido negro ya conocido por ambos, Feder, las propiedades de esta actuaron rápido, como siempre, y la sensación de embriaguez se disipaba con facilidad.

Llegamos muy temprano en la madrugada a la casa de Allen, la luz era tenue gracias a la luz de la luna que se filtraba por la amplia ventana de la habitación principal y una pequeña lampara que decidimos prender para no tropezar con algo. El ambiente que se formo es acogedor e íntimo.

Nos encontrábamos sentados al borde la amplia cama en medio de la habitación. La noche fue intensa, hicimos varias cosas de las cuales se reproducen como un video musical en mi cabeza.

A pesar de que el camino de vuelta ha sido muy ruidoso por nuestras risas, comentarios al azar y los besos espontáneos que nos dimos, en este momento nos encontrábamos en un silencio un tanto incomodo, pero acogedor a la vez. La mirada de Allen veía a un punto fijo en el suelo, pero aun así seguía sosteniendo mis manos dando caricias de manera gentil y distraída.

El silencio era agradable y como ya había mencionado antes, no nos encontrábamos ni chispeados por las bebidas que ingerimos, el "milagroso" elixir de Maksim Feodor nos ayudó a disipar el alcohol rápidamente. Aproveche este espacio para poder absorber cada instante de este momento y digerir todo lo que paso esta noche, quiero recordar cada insignificante detalle, cada palabra de nuestras conversaciones, todos los roces que tuvimos mientras bailamos y cada beso que nos dimo, si definitivamente son buenos pensamientos para poder perderse en ellos.

—Tengo sentimientos por ti.

Allen soltó esta afirmación ganándose mi atención y la vez mi curiosidad, lo soltó firme pero un tanto suave. — Si tu no los tienes tomaste la decisión correcta.

Y aun perdida por los pensamientos previos que quería digerir en el silencio de la noche, quería explotar de alegría porque esto estaba mejorando todo lo que estaba recordando.

—Yo...— Allen no me dejó continuar

—Y no quiero que te sientas responsable de mis sentimientos. Puede que todo lo que ha pasado hace unas semanas te haga sentir presionada o en algún punto incomoda, incluso con mi sola presencia y la manera como actué de descarada esta noche, aun sin ser nada oficial en nuestra relación, yo...

—Allen, no me molesta ni incomoda. Para nada. — corte su declaración.

«Debo admitir que en cierto punto de nuestros encuentros los encontraba abrumadores, pero hay algo, que me hace sentir cómoda a tu lado y el sentimiento de familiaridad es tan abrumante que simplemente me hace querer estar a tu lado, todo eso se terminó de concretar esta noche, creo que tú ya lo tenías claro»

Allen no dijo ninguna palabra, pero en su rostro se formó una pequeña sonrisa ladeada que me confirma que mis palabras le bastaban para quitarse un peso de encima.

No es una mentira lo que dije, pero si hay una segunda intención en todo esto, no es nada en contra de él o la pequeña resistencia que se creó en los laboratorios de Maksim, pero pronto espero aclarar mis dudas de las elecciones que hice hasta ahora.

—Te contare todo. — paso sus dedos acariciando mi mejilla— porque tu te mereces todo, MI amada Atzin.

Esto era reconfortante, Allen terminó dando un pequeño beso en mi frente antes de acomodarnos entre las almohadas de la cama, yo seguía segura entre sus brazos, disfrutando de sus caricias y absorbiendo este momento de paz que se había formado tras la declaración. ¿Será que por fin podremos disfrutar de la libertad que nos corresponde? No, aún no es momento.

𝐋𝐚 𝐑𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora