𝐋𝐚 𝐑𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚

Capítulo 10

"Prueba de poder"

Allen

Hace unos días...

El sudor caía desde mi frente hasta perderse por barbilla.

El frío del cuarto de pruebas no quita puede bajarme la temperatura, el FEDER recorriendo mi cuerpo solo hace que mi rabia se multiplique al igual que toda mi resistencia.

El médico encargado está parado a unos metros de mí con una tabla en sus manos, anotando cada uno de los rangos que le arroja la máquina.

— Mas rápido, Allen. — las ordenes solo hacían que mi cuerpo se calentara por la ira de estar en este lugar. — no mejorarás tus marcas de la anterior semana a este paso.

No respondí, no quiero hacerlo. Cada vez que me someten a estas pruebas prefiero no darles motivos para continuar con esta tortura innecesaria.

Ya no podía más, mis pulmones me ardían, la cabeza me palpitaba y sentía los latidos de mi corazón en los oídos.

El sonido de los golpeteos del taco de un calzado masculino se oye en los más profundo de mi cabeza, imposible no reconocerlo.

—Maksim — solté en un murmullo, lo suficientemente alto como para que los médicos del laboratorio se pusieran en una posición erguida y profesional.

Palabra clave para que dieran por terminada mi prueba.

Unos segundos después, alguien entró a la sala de pruebas, Maksim.

— Siempre un gusto verte superar mis expectativas, Allen.

Maksim no escondía su emoción por mi desarrollo, gracias a su maravilloso "elixir de vida" Como él decidió bautizarlo.

— Ni un "Hola" para la plebe de tus experimentos, ¿Maksim? — respondí con sarcasmo.

—Sabes que no es así.

Como sea.

— ¿Qué haces aquí? — dije seco y directo, no tengo tiempo para sus pendejadas.

—Allen, yo te crie básicamente, merezco un poco más de respeto cada vez que nos encontramos.

No, lo que él hizo los últimos años fue doblegaron y hacerme conocer lo cruel que puede llegar a ser un humano con otro.

—¿Porque decidió, usted honorable señor, honrarnos con tu maravillosa y muy agradable presencia en esta noche de luna llena?, vienes por un poco de sangre de tus víctimas, ¿verdad? —le solté con sarcasmo, pero le di lo que pidió.

—Aparentemente el FEDER te hace más hablador. — dijo restándole importancia a mis palabras sarcásticas— todas las medicinas tienen fallas, ¿qué te digo?

—¿Qué quieres?

— Vine a informarte algo. — caminó hacia su oficina, y no fue necesario que diga algo, estuve demasiado tiempo en este lugar y conviviendo con este sujeto como para no entender sus acciones.

Aparte que para eso me dan FEDER.

Una vez dentro de su oficina me tiré al asiento que estaba frente a su escritorio y subí mis pies sobre este. Estoy realmente cansado.

— Te di todo menos educación, aparentemente. — Se sentó en la silla de su escritorio, siempre elegante.

— Habla— ya me tiene arto su presencia.

— Mañana haremos un tipo de entrenamiento diferente, algo especial, considerando que la "Empresa Albirón" descuidó un poco a sus preciados delincuentes.