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Viernes, 7:00 a.m.

Jungkook despertó por el sonido de la alarma. Sonrió al notar el tono particular que resonaba por su habitación solo los días viernes, indicando que era el último día de la semana en el que tenía labores escolares.

Se despertó con su animo usual, sabiendo que las horas pasarían rápido y cuando menos lo esperase ya estaría en el mismo bar de siempre con sus amigos, disfrutando de la noche que este viernes tenía para ofrecerles.

Su rutina mañanera fue simple, una ducha, cepillar sus dientes, ponerse un costoso atuendo, peinar su cabello y estar listo para ser el más guapo de la escuela, o al menos eso se decía a si mismo cada mañana frente al espejo.

Se fue directo a su auto, el cual era un lujoso Mercedes Benz que había sido su regalo cuando cumplió la mayoría. Al menos podía decir que el caro departamento en el que vivía fue comprado por su propia cuenta, aunque gracias a los ahorros y regalos que eran otorgados por su padre y madre.

Manejaba por la ciudad el mismo recorrido de siempre, podía observar al sol comenzar a calar en sus ojos, como toda la gente iba a su trabajo, o como otros abrían sus negocios.

Lo que pensó que sería un increíble viernes se vino abajo con una sola llamada de su padre, quien a las siete con treinta minutos hizo sonar su celular.

—Hola, pa.— Saludó apenas atendió.

Buenos días, hijo. ¿Cómo va tu día?—La voz perfectamente despierta de su padre se escuchó, ese señor tenía mucho que hacer un viernes por la mañana.

—Bien, voy a la universidad. ¿Qué tal todo por allá?— Se refería a como iban las cosas por la casa azul, la residencia oficial del presidente de la nación.

De maravilla, tu madre fue a correr en el maratón. Yo estoy tomando café con Seojoon.—Informó. El nombre mencionado pertenecía al padre de Jimin.

—Salúdalo de mi parte.— Pidió.

Pudo escuchar como su padre entregaba sus saludos a quien lo acompañaba.

Te saluda de vuelta. Hijo, te llamaba por algo en específico.

Ahora empezaba a tener sentido la llamada de su progenitor a tales horas de la mañana.

—Dime, papá.

¿Estás libre esta noche? Queremos presentarles a unas personas a ti y a Jimin.

Oh, oh. Sabía por donde iba esto.

—Lo estoy, no tengo planes.— Respondió, porque sabía que no era una opción negarse. Prefería disculparse con sus amigos a ocasionar un mínimo disgusto con su padre.

Perfecto, será una cena especial. Por cierto, el chofer de Jimin está indispuesto, sería bueno si pasas por él antes de la cena.— Informó.

Jungkook solo dio una respuesta afirmativa antes de despedirse. No tenía problemas con recoger al alfa para llevarlo, si bien, no intercambiaban muchas palabras normalmente su presencia no le podía importar menos. Sabía que él no le agradaba mucho a Jimin, aunque el rubio siempre demostraba una bella sonrisa por compromiso.

Después de seguir manejando por unos minutos más escuchando su playlist favorita, fue que llegó a la universidad.

El conjunto de feromonas inundó su nariz al ser un lugar cerrado.

Muchos volteaban a verlo, pues todos sabían que se trataba de Jeon Jungkook, todos diferenciaban del resto a aquel aroma fuerte a café que embriagaba a cualquiera.

Alfa dominio || Kookmin OMEGAVERSE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora