Lunes, odiado lunes.
La alarma sonó a las siete de la mañana y Jimin maldijo por no haber podido cerrar sus ojos por más de dos horas.
Toda la madrugada le estuvo dando vueltas al asunto de Jungkook. ¿Cómo habían llegado de compartir la saliva de sus bocas a compartir un nudo?
Era algo extraño por donde sea que lo mirarán. Si de por si, la sociedad ya rechazaba a alfas masculinos estando con omegas del mismo sexo, un alfa con otro alfa, siendo ambos hombres, era algo que nunca cruzó por su mente.
Ahora, el asunto del nudo. ¿Cómo había sucedido?
Siempre habían dicho que era difícil lograrlo, incluso en el celo. Un nudo significaba conexión entre ambos lobos. Entre un omega y un alfa.
Incluso llegó a la parte donde se cuestionó si había algo malo en él.
Estuvo horas y horas viajando a aquel momento de intimidad. Lo había disfrutado, sí. Era imposible negarlo.
Pero eso no quitaba que se sintiera confundido con la situación. Si bien, era un hecho que su parte humana ya estaba cayendo por el peli negro, nunca pensó que para su lobo fuera tan fácil ceder. Por instinto, siempre iba a ser difícil para un alfa rendirse ante otro alfa, por cuestión de orgullo, incluso cuando tuvo aquel encuentro con Taemin y Hoseok le resultó algo conflictivo dejarse dominar por él, pero lo hizo concentrándose en el placer que los estímulos le provocaban.
Ahora, con Jungkook nunca fue difícil. Se encontró mostrándole el cuello cada vez que este quería, incluso podía sentir el anhelo y deseo en su pecho cada vez que estaba con él.
Le encantaba cuando Jungkook le decía alfa, y disfrutaba aún más decirle así, como si realmente fuera suyo.
Le gustaba cuando le daba marcas de olor, sin mencionar la vez que hizo aquella acción territorial llenándole la cara de fluidos. Eso era algo que incluso algunos omegas no dejarían que un alfa les hiciera. Pero él había estado encantado.
Por supuesto también disfrutó cuando Jungkook le dejó hacer lo mismo con él.
Le gustaba oler a café, así como le gustaba que el peli negro oliera a eucalipto. Sus aromas mezclados provocaban algo indescriptible en su interior.
Se encontró a si mismo pensando que quizás, solo quizás, realmente estaba colado por él.
Y en algún punto de su sobre pensar, su mente se cansó y sus párpados se rindieron agotados de mirar al techo por horas.
Antes de finalmente entregarse al mundo de los sueños, pudo ver que Jungkook le había enviado un mensaje que decía "espero estés durmiendo, te veo en unas horas" justo a las cuatro y media de la mañana.
Entonces despertó y se sintió demasiado agotado.
Se duchó sin la más pizca de ganas de vivir, y se vistió con lo primero que encontró. Hoy no estaba para planear su vestir. Aún así, todo se le veía bien.
Usó la secadora para darle forma a su cabello y cuando menos lo esperó Jungkook le avisó que ya estaba afuera.
Tenían solo veinte minutos para llegar.
Lavó sus dientes a una velocidad extrema, y no tuvo tiempo de ponerse sus lentes de contacto, por lo que tomó los anteojos que tenía a la mano antes de salir corriendo.
Miró el auto y se metió en él.
—Buenos dí-
Su saludo fue interrumpido por los labios del otro. Fue un beso tranquilo que duró un par de segundos y al final sintió la lengua de Jungkook barrer la comisura de sus labios.
—Tenías pasta dental.— Dijo.
Jimin desvió su mirada, tocando sus labios.
El auto se puso en marcha y la radio sonó con canciones conocidas a un volumen moderado.
—Te ves lindo con los lentes, por cierto.— Añadió el peli negro.
—Oh, gracias. No tuve tiempo de usar los de contacto.— Explicó.
—¿Tienes hambre?— Cuestionó, en cambio.
—No suelo desayunar, pero sí.
—¿Café?
—¿Es una forma indirecta de decirme si te quiero comer?— Bromeó el rubio.
Jungkook carcajeó.— Me refería a café real. Pero si tu quieres...
—Ya, ya. Vamos por ese café.
—De acuerdo. Yo invito. Ignoremos que faltan diez minutos para entrar a clase.
El rubio abrió sus ojos de par en par.—Seguimos lejos de la universidad.
Jungkook condujo a la cafetería más cercana, ambos pidieron por el servicio de carros su café personalizado.
Pidieron un complemento, Jimin un croissant, y el peli negro una galleta gigante.
—Dios, tu café está muy blanco.— Dijo el rubio mientras mordía su croissant.
—El tuyo es muy oscuro.— Dijo Jungkook por el contrario.
Ya habían comenzado las clases, pero ambos estaban en el estacionamiento desayunando.
—¿Quieres?— Jungkook le invitó de su galleta, poniéndola frente a su boca.
Jimin simplemente la mordió, disfrutando el sabor para después invitarle de su croissant al peli negro.
—Ya vamos tarde por quince minutos, y llegaremos en otros quince.— informó el rubio una vez terminaron su desayuno.
—Uhm... ¿qué te parece portarnos mal y faltar? Vamos a mi casa y durmamos hasta la tarde. — Propuso Jungkook.
Jimin rió.— Te diría que no, pero realmente tengo sueño.
El auto fue puesto en marcha.— Bien, después de medio día vamos a ese lugar que te quiero mostrar.
Condujeron de vuelta a gangnam en un silencio para nada incómodo mientras movían su cabeza al ritmo de la musica relajante que pasaban.
Cuando finalmente llegaron, no perdieron tiempo en pasar.
Jungkook reía por los bostezos que salían de la boca del alfa rubio. Eran demasiado tiernos para alguien que podía llegar a ser muy gruñón.
—Está muy frío.— Comentó Jimin cuando entraron a la habitación del peli negro.
—¿Debería subirle?
El rubio negó.— Me gusta, así puedo enterrarme debajo de las colchas.
Ambos rieron.
Jungkook comenzó a quitarse la camiseta, buscando estar más cómodo a la hora de dormir, pero eso alteró a Jimin.
—Wow, wow, wow.
El alfa peli negro carcajeó.— Solo quiero estar cómodo para dormir. Deberías hacer lo mismo.
El rubio no lo pensó mucho, solamente lo imitó hasta que ambos quedaron en ropa interior.
Entonces Jungkook se metió entre las sabanas perfectamente ordenadas de su cama, extendiéndolas en una clara invitación que Jimin atendió al instante.
Ambos terminaron en una posición de cucharita, Jimin siendo abrazado por Jungkook debajo de las suaves cobijas afelpadas.
El peli negro puso una de sus piernas sobre las del alfa rubio, antes de dirigir su nariz a la glándula de olor de este y acariciar ahí.
—Suelta más feromonas, me relajan.
El rubio se sintió fallecer, había algo que lo dejaba saltando de felicidad cada que el peli negro buscaba su aroma. Así que eso hizo. Se concentró en desprender su aroma mientras escuchaba los suspiros de Jungkook y su respiración le hacía cosquillas en el cuello.
Y fue con esa sensación que ambos se dejaron vencer ante el sueño, obteniendo el descanso que tanto necesitaban.
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Muy lindo, ¿no?
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Alfa dominio || Kookmin OMEGAVERSE.
FanfictionJungkook es el hijo del presidente del país, un alfa con una extraordinaria habilidad de tentarse a lo prohibido. Jimin es el hijo alfa de la mano derecha del presidente. En una vida llena de hipocresía nunca se sabe lo que se debe esperar. -OMEGAV...