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—Ah, mierda. Más, más.— Jimin gemía al ritmo de las embestidas.

Jungkook jadeó detrás de él, lamiendo justo en su nuca mientras se hundía lo más profundo que podía.

Ambos estaban follando duro justo contra la pared.

Jimin estaba con su mejilla presionada en la fría superficie mientras sentía las calientes bolas del alfa rebotar en sus glúteos.

Era el cuarto día de celo, y el último. Esa mañana Jungkook creyó que y se había ido, pero después de observar al rubio hablar por teléfono con su padre mientras daba vueltas en la habitación solo en bóxers, se había encendido, sabiendo al instante que el celo seguí ahí.

—Dios, me encanta tu culo Jimin. Es mío, eres mío, ¿oíste?— Jadeó mientras se enterraba una y otra vez, disfrutando como las paredes del rubio se contraían a su alrededor.

A este punto ninguno se molestaba en callar sus gemidos, les encantaba escuchar al otro.

Jimin estaba demasiado perdido en la sensación de su próstata siendo estimulada una y otra vez, le encantaban las palabras que salían de la boca del alfa. Le encantaba que demostrara posesión, aunque se convencía a si mismo de que se dejaría llevar solamente por esos cuatro días, los cuales ya estaban llegando a su fin.

—¡¿Oíste?!— Insistió, dando una fuerte estocada y lamiendo el lóbulo del chico.

—S-sí mierda, mi culo es tuyo, ah.—Respondió como pudo.

El alfa detrás sonrió, dando las últimas estocadas antes de pegarse completamente a él y gemir cuando su orgasmo llegó de manera devastadora.

Sentir el semen caliente en su interior, más el frío contacto de la pared con su miembro hizo que Jimin también se viniera, manchando la superficie blanca.

Sintió el aliento del alfa en su nuca, mientras ambos trataban de regular su respiración.

—¿No habías dicho que ya no te sentías caliente?— Bromeó Jimin.

Jungkook arrastró sus dientes por el cuello del alfa rubio, sonriendo.

—Estabas solo en bóxers con una erección matutina, por supuesto que me iba a calentar.— Admitió.

Salió del interior de Jimin, dejando resbalar el semen en sus muslos, pero apresurándose a tomar servilletas para limpiarlo, pues no quería que se sintiera incómodo.

—Sigues oliendo muy bien.— Dijo Jimin, dándose la vuelta y dejando que el peli negro limpiara los restos de semen en su abdomen.

—Siempre huelo muy bien.

El rubio rió.— Pero me refiero a tu aroma de celo. Aún lo percibo.

—Seguramente es porque la habitación está llena de servilletas con mi semen. Además están las sabanas que hemos manchado. —Aclaró.

—Debe ser eso...— Dijo el rubio, echándose en la cama como peso muerto.

Jungkook rió, soltando una sutil palmada en los glúteos descubiertos de este.— Ve a bañarte, desayunaremos fuera.

Jimin bufó.— Me duele todo. Después de cuatro días el cuerpo me está cobrando factura. ¡Ni siquiera puedo acostarme boca abajo!— Se quejó.

Lo siguiente que el alfa rubio sintió fue como unos brazos ajenos a él lo tomaron, alzándolo. Jungkook lo tenía cargado estilo nupcial mientras se dirigía al baño.

—Pesas menos de lo que creí. Debí haberte aplastado.— Mencionó, entrando en el cuarto de baño.

—¿Me vas a pasar jabón por todo el cuerpo?— Cuestionó Jimin, siendo dejado en la tina.

Alfa dominio || Kookmin OMEGAVERSE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora