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Veinte semanas. Casi cinco meses. Jimin sentía que su panza estaba cada vez más enorme y comenzaba a cansar.

Su ombligo estaba salido hacia afuera de una manera que le parecía graciosa,  y también cabe mencionar de los movimientos constantes del bebé que lo acompañaban en su día a día.

A pesar de las molestias que presentaba por el peso de su barriga, Jimin estaba maravillado con cad etapa que cruzaba; le gustaba hablar con su bebé desde que comenzó a moverse, y le gustaba aún más que su novio besara la piel estirada. Le fascinaba cuando Jungkook le hablaba a minggukie, y ambos estaban emocionados por conocer el sexo del bebé, cosa que ocurriría el día de hoy.

El alfa rubio se encontraba en el baño del edificio en donde trabajaba. Ya había terminado sus actividades y ahora solo esperaba  a que pasara la última hora antes del horario de salida.

Se miraba detenidamente en el espejo, habiendo previamente desabrochado su camiseta del trabajo, la cual era tallas más grandes para que no le apretara. Miró su abdomen de perfil, palpándolo. Estaba algo duro ese día a comparación de otros.

Una mueca de disgusto se hizo presente cuando pudo percibir las marcas rojas en su abdomen: estrías. Jimin había utilizado todo tipo de cremas para evitarlas pero ahí estaban y eso no lo hacía sentir mejor.

En las últimas semanas había tratado de ganar peso pero sus hábitos alimenticios le habían desencadenado malestares que terminaron por causarle el efecto contrario. Sus mejillas se veían ligeramente más hundidas, sus pantalones de "maternidad" flotaban, pues no se ajustaban a sus piernas como solían hacerlo.

Hizo un puchero sin dejar de analizar su hinchado abdomen, la inevitable inseguridad lo invadió, ¿Y si Jungkook encontraba omegas más lindas? Él no podía ignorar el hecho de que su alfa antes gustaba de chicas omegas con grandes cuerpos y atributos.

De repente se sintió feo e insignificante. El bebé Justo pateo y ahora el puchero fue reemplazado por una sonrisa.

Entonces la puerta fue abierta abruptamente, interrumpiendo su momento. Jimin se cubrió con la camisa rápidamente, protegiendo su abdomen.

Se relajó solo un poco cuando se dió cuenta que era Eunwoo.

—¡Oh lo siento!— Su jefe y amigo se volteó rápidamente, dándole la espalda.

Jimin se sonrojó mientras abotonaba su camiseta de manera apresurada.

—No pasa nada... solo estaba viéndome...— Dijo algo tímido. Le avergonzaba que lo hubieran encontrado en un momento tan intimo, incluso le daba pena mirarse frente a Jungkook.

—Uh, supongo que es normal entre embarazados.— Mencionó Eunwoo, tratando de aligerar el ambiente.

Jimin rió levemente.— Ya puedes usar el baño.— Avisó yendo hacia la puerta.

El chico solo asintió, pues de verdad necesitaba utilizarlo.

El alfa rubio pasó la siguiente media hora sentado, emocionado por el hecho de que hoy conocería el sexo de su querido minggukie.

Sea niña o niño, el iba a amar a esa criatura que crecía en su interior.

Volvió a sentir las patadas y acarició sobre la tela. Suspiró, ya estaba ansiando que llegarán los días donde podía faltar al trabajo por su estado pero aún estaban un poco lejanos.

Alguien tocó su puerta y el murmuró un "pase" antes de que esta se abriera y el mismo alfa de hace unos minutos entrará por ella.

—Tu novio está en recepción esperándote, dice que su celular se quedó sin batería.

Los ojos del rubio brillaron y checó la hora en su dispositivo móvil. Aún faltaban más de quince minutos.

Alfa dominio || Kookmin OMEGAVERSE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora