El lunes había llegado después de una noche de un domingo en la que ambos alfas se habían quedado hasta altas horas de la noche intercambiando mensajes, solo para distraerse.
Jungkook había descubrido que en realidad Jimin podía ser alguien muy agradable cuando se lo proponía, y se encontró riendo muy constantemente debido a los mensajes de este.
Jimin, por su parte, se encontró pensando que después de todo abrirse a otra persona y ser tu mismo era algo sumamente divertido, pues hacía mucho tiempo no tenía otro amigo a parte de Taehyung, y vaya que lo iba a necesitar, pues el omega se la pasaba las veinticuatro horas del día con su novio. Aún así, Jimin estaba aprendiendo a alegrarse por su mejor amigo, a pesar de que un pedazo de su corazón se haya roto.
Eran aproximadamente las seis de la mañana cuando un Jungkook muy adormilado aparcó en en la casa de Jimin, quien se había levantado apenas hace veinte minutos y por suerte tenía una maleta con ropa suficiente para cuatro días, en casos extremos, cinco.
No debían preocuparse por la universidad, pues incluso los directivos sabían el estatus de estos.
—¿No te peinaste?— Preguntó Jungkook divertido al verlo.
Jimin le dio una mala mirada, pero sin ninguna mala intención.— No escuché la alarma. Di que hice mi maleta ayer.
El peli negro rió, negando.— Allá te puedes arreglar, yo también lo haré.
El rubio asintió, acomodando e inclinando el asiento hacia atrás para poder dormir por las cuatro horas de camino.
Jungkook no dijo nada, solo dejó que este durmiera por todo el tiempo que necesitara.
Fue hasta las nueve que Jimin volvió a dar señales de vida, moviéndose.
—Buenos días.— Canturreó el peli negro.
Jimin bostezó.
Jungkook encontró tierna la imagen del alfa recién levantado, ni siquiera parecía ser alguien con un temperamento sumamente inquebrantable.
—Tengo hambre.
—Falta una hora, pero ahorita compramos el desayuno. ¿Qué quieres?
El rubio se quedó pensando mientras acomodaba el asiento.—Panqueques. — Eligió.
—Hay un restaurante que vende desayunos a cinco minutos, ahí paramos.
Fue así como sucedió, ambos levantaron dos ordenes de panqueques con sus respectivos cafés, parando el carro para comer en el estacionamiento.
—Están muy buenos— Dijo Jimin cuando se pasó el primer bocado.
—Creo que ahora tendré que viajar tres horas solo para venir por estos panqués.— Concordó el alfa peli negro.
—Me invitas.— Añadió Jimin.
Después de terminar sus deliciosos desayunos emprendieron marcha, queriendo llegar lo antes posible a su hotel en Busan.
En el camino fueron tarareando canciones populares que sonaban en la radio, ambos podían decir que había sido un viaje entretenido, si no fuera porque el alfa rubio había dormido gran parte de este.
Una vez estuvieron en sus hoteles los guiaron a sus habitaciones, las cuales eran extremadamente lujosas porque habían sido reservadas para el presidente y su mano derecha.
Fue ahí que el tiempo comenzó a ir contra reloj.
Ambos se tuvieron que duchar, cada uno en sus respectivas habitaciones, pues en dos horas debían estar listos para emprender camino al evento caritativo.
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Alfa dominio || Kookmin OMEGAVERSE.
FanfictionJungkook es el hijo del presidente del país, un alfa con una extraordinaria habilidad de tentarse a lo prohibido. Jimin es el hijo alfa de la mano derecha del presidente. En una vida llena de hipocresía nunca se sabe lo que se debe esperar. -OMEGAV...