capítulo 14

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Estaba tan perdido en el dolor hasta que escuchó el llanto de su cachorro, con todo el dolor de su corazón dejó a un lado a su bebé y tomó en sus brazos a su hijo, mientras el cachorrito se pegaba a su pecho, el pequeño tenía los ojos cerrados, su cuerpecito desnudo estaba cálido, rápidamente tomo unas telas que estaban cerca y lo cubrió, estaba limpio, su lobo lo limpió, besó su frente, no podía pararse, no podía ir por ropa para vestirse, pero no iba a soltar a su cachorro, él estaba vivo, lo alimentó y el bebé se durmió unos minutos después, lo acomodó en la alfombra con su abrigo y dos cojines.

Le dolía todo su cuerpo, pero su corazón estaba roto, fue con su hija nuevamente, parecía dormidita, era como si le habrían arrancado una parte de su ser, sentía un vacío que jamás iba a poder llenarlo, se culpaba por estar solo, se culpaba por no buscar ayuda a tiempo, se culpó mil veces por la muerte de su hija.

Lo envolvió en una manta mientras le daba besitos, pero no iba a despertar, su lobo también estaba llorando, salió afuera, arrastrándose, no podía ponerse de pie por completo su cuerpo apenas lo obedecía, fue donde estaba su cultivo de rosas, a unos metros de la casa, arañó la tierra con sus propias manos, de rodillas y con sus lágrimas la mojó mientras cavaba la tumba de su hija, su llanto era silencioso y doloroso, con sus propias manos la enterró, rompió unas cuantas macetas de rosas blancas, las tomó pinchándose sus dedos temblorosos, llenos de tierra y las plantó sobre la tumba de su hija.

Apenas podía ver, de lo hinchados que estaban sus ojos, casi gateando entró nuevamente a la casita, vio dormir a su cachorro, estaba cansado, pero no quería despegar su mirada de ese niño que dormía tranquilo, como un angelito.

Se quedó dormido junto a su bebé, el llanto de su cachorro lo despertó, estaba adolorido, pero lo tomó en sus brazos nuevamente, no estaba mojado y ni siquiera le había puesto ropita, lo puso en su regazo, acarició el rostro precioso de su bebé, quien se dejó hacer, después lo alimentó y nuevamente se quedó dormido en sus brazos.

Después de horas observándolo, su cachorro abrió sus ojitos, Tae lo levantó pegándolo a su pecho, su cachorro se aferró a él, a su aroma, de pronto Taehyung pudo verse en esos ojos puros e inocentes, sintiendo una felicidad inexplicable, su cachorrito expulsó su aroma casi imperceptible, entonces lo supo, su cachorro seria Alfa, lo sabía, además tenía el aroma de Jungkook y también el suyo, jamás en su vida, había sentido tantas cosas a la vez, a pesar del vacío que había dejado su hija, tenía un motivo para seguir y no iba a rendirse.

Alimentó a su cachorro, mientras sonreía sin poder evitarlo, tomó la cámara y le tomó muchas fotos a su bebé, luego a ambos.

Tardó horas en ponerse de pie nuevamente, para llevar al cachorro a su camita que estaba lista desde hace una semana. Apoyándose en las paredes pudo llegar y puso con sumo cuidado a su cachorro ahí.

- Descansa mi cachorrito, bienvenido a este mundo mi pequeño Hyukie. —luego mutó, su cuerpo necesitaba recuperarse, necesitaba cuidar a su bebé adecuadamente, después de largos minutos pudo caminar, estando en su forma animal podía sanar y recuperarse más rápido, se quedó al lado de su cachorro mientras lo observaba dormir.

- Nadie podrá apartarte de mí, eres mío, mi bebé. —hablaba el lobo de Tae. 

Sweet Night-KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora