VII

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Jungkook soltó la mano de Sohen y asi ambos entraron al auto. Aquello había sido todo un maratón. Sohen estaba tratando de regular su respiración, ella sentía que se iba a morir.

—Eso... yo... ¡ah!—exclamó Jungkook—necesito recobrar el aliento.

—Siento que... voy... a morir—dijo Sohen mientras su mano estaba en su pecho.

Jungkook extendió una botella con agua y Sohen no dudo en tomarla.

—Eso... eso fue una locura—dijo Sohen y Jungkook empezó a reír. Sohen no pudo evitar reír también.

Cuando sus respiraciones estaban de nuevo, Jungkook condució. Era probable que si lo hayan descubierto, pero Sohen, el estaba seguro que a ella no.

Jungkook escuchó a Sohen hablar por el celular, ella estaba disculpándose con el señor Joon, y le había pedido a su amigo Han se encargara de su violonchelo.

—Lo siento... te he complicado un poco  esta noche—dijo Jungkook.

Sohen le miró, Jungkook tenia la vista al frente.

—Tengo mucha hambre, corrí como desquiciada hace unos minutos.

Jungkook buscó un lugar donde estacionarse unos segundos. Y la razón es que no podia llevarla a un restaurante como lo haría cualquier chico ordinario, y eso solo le recordaba que el considerarse ordinario era un hecho pero un ordinario con suerte era tema aparte.

Iba a ser honesto y si esta chica ya no querría saber nada de él lo iba entender. Iba a lidiar con ello, lo iba hacer, después de todo el no podría brindarle un novio que va a citas, a un parque de diversiones o que va acompañarla a las compras del supermercado, ir al cine o simplemente caminar por la calle con la tranquilidad de que nadie estará ahí sacando fotos y ser la noticia en todos lados, no podia brindarle nada de eso, y esas son cosas que ni todo el dinero que tenia lo haría. No era que Jungkook se quejara del dinero, o de ser reconocido como artista, no era eso, simplemente el precio es muy alto y la chica que tenia a su lado le gustaba, y si ella se quedaba a su lado el lo iba intentar, el se iba esforzar en que funcione.

—Sohen.

Ella le miró. Él estaba serio y ella se limitó a escucharlo.

—Me gustas... realmente me gustas... es muy pronto, lo se, pero me gustas.

Las orejas de Sohen estaba ardiendo, y aunque en el fondo de su corazón ella estaba tan ilusionada porque el chico frente a sus ojos tuviera ese sentimiento con ella fuera real, estaba nerviosa por la seriedad del rostro de Jungkook.

—Y antes de saber si te gusto, quiero ser sincero contigo... No puedo hacer las cosas que un novio hace, ir a citas a lugares públicos, no puedo tener una cita en un parque de diversiones donde todos nos verán, trabajo mucho en la empresa, me voy de gira por varios meses, te hice correr hace poco y te hice vestir como si fueras una espía... pero puedo ver películas en casa, puedo cocinar en casa... si lo digo así... realmente no soy un novio normal... podemos intentarlo.

Sohen ya lo sabia, el chico a su lado era un idol, uno mundialmente conocido y muy querido. Sus manos tomaron con fuerza el abrigo. Jungkook le gustaba, realmente le gustaba, era un idol pero hablar con el era mucho más sencillo de lo que alguien podría creer ¿y si lo intentaba? ¿Que tanto podría perder ella? En todo caso ¿no seria el quien perdiera más? Sohen era consciente de que la carrera de Jungkook estaba en juego, ella no era una conocida, ni siquiera se tomaba fotografías y las subia a las redes sociales, todo su perfil estaba lleno de gatos que encontraba en el parque o comida que le gustaba o de su violonchelo y partituras.

—¿Te gusto? Con todo esto ¿te gusto?—preguntó Jungkook y Sohen le volvió a ver.

Sohen sintió que su corazón iba salir de su boca, y la respuesta estaba clara en su mente. Ese chico le gustaba, y aunque todo parecía tan apresurado, y no había explicación coherente para las coincidencias o el destino, ella quería intentarlo.

TODO Y NADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora