XXV

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Sin lugar a dudas, finales de septiembre jamas iba a olvidarlo. Y esa noche Sohen se permitió llorar en los brazos de Jungkook, y fue hasta dos años después que ella volvió a Corea. En casa de sus padres, una cena tranquila y un recuerdo doloroso en esa fecha.

—Sohen cariño... ¿Sohen?.

Sohen levantó la mirada y vio la preocupación en el rostro de su madre.

—Perdón, estaba distraída.

—Olvidalo, mañana vuelves a Seúl, pero no olvides visitarnos, siempre te extrañamos—dijo la madre de Sohen.

—No le digas esas cosas, vas afligir su corazón—dijo su padre.

—Yo vendré más seguido, si no lo hice en estos años es porque estaba en el extranjero.

Sus padres no le habían preguntado nada sobre aquella fotografía. Porque la última vez que vio a Jungkook fue ese día, y les fotografiaron. Fue una falta de respeto, y las personas no tardaron en llegar a sus redes y su celular parecía explotar con tantas notificaciones, y Sohen se vio en la necesidad de cerrarlas. Era abrumador... y Jungkook se disculpó por ello, como si fuera su culpa.

Anto estaba ocupado manteniendo a flote la asociación, realmente Sohen lo habia hechado a perder con Anto, no pudo explicarle nada, el simplemente había dicho que lo entendía y sin embargo Sohen no sabia que era lo que entendía, porque no era como que ella y Jungkook tuvieran sentimientos mutuos, y aunque así fuera, realmente jamas iba a funcionar, ¿verdad?.

—¿Vendras para tu cumpleaños?—preguntó su madre, mientras miraba a su hija subir la última maleta al auto.

—Lo prometo, vendré a celebrar mis treinta y uno aquí con ustedes, pero me encantaría que me visitaran en mi próximo concierto.

—Puedo venir por ustedes el fin de semana... y... no acepto un no por respuesta—dijo Sohen viendo a su papá.

—Por supuesto que iremos.

—Y una amiga se va a casar.

—Ya nos lo dijiste, solo me preocupa que no seamos del agrado de tu amiga.

—Marie es extranjera pero es una chica muy linda, ya le han visto en videollamadas, no se preocupen.

Ciertamente, todos avanzaban, y ahi estaba Sohen en el apartamento de Marie, quien se habia mudado a Seúl después de conseguir su cambio en la embajada de su país en Corea.

Todos tenían que avanzar, aun así, septiembre seguía siendo muy doloroso.

—Quedaté a cenar—insistió Marie— Seokjin se va resentir si no te quedas, ya sabes que se ha vuelto un experto haciendo pastas.

Sohen se lo pensó un momento, y la razón era que el menor del grupo estaba ahí con Seokjin y con Jimin.

—Es solo...—Sohen dejó de hablar cuando Seokjin se acercó a amenazarla.

—Te quedas porque solo pasas trabajando y dejas a tus amistades de lado.

—Me quedo a cenar—dijo y los tres se rieron bajito.

No era que odiaba estar cerca de Jungkook, era solo, que le hacia recordar lo agradable que era tenerlo cerca y aquello solo la hacia sentir patetica, porque se habia cerrado a amar, y era mejor no hablarlo con nadie, ella realmente no quería que alguien le dijera que tenia que dejar su pasado, que tenia que soltar su pasado, porque en definitiva lo haría, a su tiempo, a su ritmo, ella confiaba que simplemente un día todo eso iba a desaparecer, no sabia si el deseo de no tener pareja era porque ella no deseaba una o porque esa pareja no era él. Pensarlo la hacia sentir patetica y es por eso que ella trabajaba como nunca desde que había llegado a Corea.

TODO Y NADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora