XXXII

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Aquel embarazo había sido tan difícil para Sohen, la nauseas fueron insoportables, lloraba mucho, y Dios, si que todo empeoró en las últimas semanas, porque sus pies se hinchaban, y tuvo un antojo muy extraño por comer algas con mayonesa y mermelada de fresa.

Jungkook se acercó llevandole ese platillo que tanto anhelaba, y el no podia creer ese antojo tan poco apetecible.

—Ni se te ocurra criticar.

—¿Porque lo haria? Tu platillo favorito es riquísimo—mintió mientras le pasaba aquel manjar a los ojos de su esposa.

Y Jungkook tuvo lo que tanto anhelaba por parte de su esposa, ser celado por ella era algo que lo tenia encantado y nervioso, y dejo de ser encantador cuando ella no quiso dormir con él. Jamás, en el tiempo que llevaban de casados jamás habían dormido separados estando bajo el mismo techo. Y Jungkook jamás lo permitiría, así que durmió en el pequeño sofá de la habitación que compartían, hasta que ella le llamó para que fuera a la cama con ella.

—No me vayas a dejar—dijo Sohen, y eso se escuchaba como advertencia y suplica.

Jungkook la abrazó y le dio un beso. Como la amaba.

—Jamás, eres mi señora... la señora Jeon, hasta que ya no me quieras tu, seguiré siendo tuyo y tu mía.

Era algo que tenia que recordarselo a su esposa cada que ella se sentía así de frustrada y Jungkook lo entendía. Todo el embarazo estaba siendo difícil para ella.

Y la señora Lee habia estado en casa las últimas semanas, y ni mencionar a su madre que también estuvo al pendiente del embarazo de Sohen.

La habitación del bebe era blanca, casi todo era blanco y Jungkook estaba tan ilusionado que ya tenia ropa a juego y lo único que le tenia ansioso era el parto.

Jamás Jungkook le hubiese prohibido algo a Sohen, y jamás el le hubiese hablado con tanta firmeza si no fuera porque la conocía y sabía lo entregada que era a su trabajo, y fue cuando Sohen tuvo su tercera cita que ellos supieron que era un niño lo que vendría en camino y que el embarazo debía llevarse con mucho reposo, y Jungkook tuvo que convencerla o casi obligarla a que se quedara en casa y que solo saliera a los ensayos de la orquesta y fue un alivio cuando el señor Joon regañó a su esposa y este se encargó de la orquesta de ella.

Sohen estaba en sus últimas semanas cuando recibió la visita de los jóvenes que estaban en la orquesta, ellos le dieron muchos regalos y Jungkook estaba feliz de verla contenta, y de cierta manera se sentía culpable por que ella solo pasara en casa.

—Tu hijo te llamara abuelo—le soltó Jin.

—No empieces Huyng porque a ti te dirán bisabuelo.

—¿Como vas con ese proyecto?—le preguntó Seokjin, cambiando el tema.

Y es que Jungkook tenia invertido su dinero, y era un deseo el tener su propia agencia, y en eso llevaba trabajando ya varios años, aunque había parado todo y solo se habia quedado con algunos proyectos porque no podia no pasar pendiente de Sohen.

—He parado por el momento, no del todo pero esperaré un par de meses más... quiero estar, bueno, ya sabes quiero ser un buen padre y quiero estar con Sohen.

—Es un hijo muy esperado y querido.

—Como no tienes idea... Sohen ya me advirtió que deje de comprar juguetes, pero... Hyung, lo único que me preocupa es no ser un buen padre, y quiero darle todo y eso me asusta.

—¿A que viene eso Jungkook? ¿Desde cuando eres malo en algo?

—Sabes que esto es diferente. Creo que de los dos Sohen es la más cuerda. Ella sabrá ponerme limite si estoy siendo muy consentidor.

TODO Y NADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora