TODO Y NADA

XI

Wooin se había quedado en aquel lugar, lo había arruinado, el estaba seguro de que Sohen no volvería a hablarle. Hasta hace unos minutos odiaba al chico que parecía ocultarla y eso le parecía lo más desagradable, pero el jamás pensó de que fuera un idol y mucho menos ese idol.

Era una verdad, era un chico ordinario, un maldito chico ordinario con suerte. ¿Sabes que es la suerte? La verdad que nadie quiere decir y cuesta aceptar, no todos nacen para brillar ¿lo sabes? Pero nadie sabe si tu vas a brillar o nunca lo harás, esa era la suerte. Y cuando Wooin estaba agotado ese sentir lo invadia.

—¿Te quedaras aquí?

¿Que importaba? Y ¿quien era esa chica? No la conocía y poco le importaba.

Siguió su camino como si nada.

Jungkook estaba inquieto. Se habia mostrado como si nada y habia revisado las redes sociales para asegurarse de que nadie les había visto. ¿Un escándalo más de su parte? Eso no importaba, pero Sohen estaba mucho más expuesta que el.

Miró su espalda, se acercó a ella, estaba profundamente dormida. Jungkook se estaba acostrumbrando a esto, a una persona en quien confiar, a una persona a quien abrazar a una persona con quien no tenia que fingir un estándar de belleza que lo consumía dia a día. Sohen estaba viendo lo ordinario y aburrido que el podría ser, y aun así compartir con ella era la parte más esperada del día, de la semana.

Jungkook besó el hombro descubierto de Sohen y su brazo buscó refugio y la abrazó hasta quedarse dormido.

Sohen había despertado con dolor de cabeza, Jungkook estaba haciendo ejercicio en el gimnasio del edificio.

Cuando Sohen bajó al gimnasio, pudo verlo en su mejor momento. Se quedó en silencio, solo observando, hasta que Jungkook noto su presencia.

Se acercó a ella y se sacó la camisa.

Sohen apartó la mirada, no tenia sentido después de todo ¿que no habían hecho ya? Aun así, fue inevitable para ella, fue una acción automática.

—Ya me haz visto... ¿tienes pena ahora?

—No tengo pena... me tomó por sorpresa nada más.

—¿Te sientes bien?—preguntó y acomodó el cabello de Sohen detrás de la oreja.

—Si... gracias...haré el desayuno.

—Bien, subamos al apartamento—dijo y caminó sin camisa hacia la salida.

—¿Irás desnudo?

—Si... no vamos a encontrarnos a nadie.

—Tu... olvidalo—Sohen caminó junto a el.

—¿Te da celos que alguien más me vea?

¿A que venia esa pregunta? Solo era extraño ver a una persona caminar como si nada por los pasillos de un edificio sin camisa. Pero si lo planteaba así, solo podría sentir celos si alguien más le tocara con intensiones obvias, la verdad era que Sohen jamas había sentido celos y tampoco quería sentirlos.

—No soy celosa—dijo—eres un idol, si fuera celosa ya hubiera muerto, mi corazón no resistiría.

—No me molestaría que me celes.

—¿Quieres verme celosa como tu ayer?

—No estaba celoso... el me provoco—dijo y ambos entraban al elevador.

—Hablaré con él, creo que te reconoció y...

—No importa.

Sohen le miró atenta.