XXVI

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Tenia que ser él, tan confiado como nunca, no conocía la pena, no debía conocerla para tener ese valor y extenderle la mano como si pidiera bailar con ella la canción de fondo y la cual Marie y Jin bailaban, porque así era Marie, a ella le gustaba bailar y Seokjin no podia ignorar los deseos de su esposa, pero Jungkook... ese chico era un atrevido frente a sus padres, y Sohen miró a su madre y esta no podia estar más emocionada viendo la atención del idol en su hija.

Y Sohen miró a Jungkook.

"No me veas así"

"No con esa cara tuya"

Y Sohen tomó la mano de Jungkook y este le regaló una sonrisa amplia y solo el y nadie más que el sabia lo nervioso que estaba, porque Sohen pudo rechazarlo el gesto, pudo hacerlo porque así era ella, no iba hacer algo que no quería.

"¿Me amas?"

"¿Aun me amas?"

"Yo no he dejado de amarte Sohen"

Esas palabras, no tenia el valor para decirlas, no tenia el valor, porque si ella le rechazaba iba a doler más. Pero debía intentarlo... solo si a ella no le desagradaba, solo si ella no lo odiaba.

Y dejó sus pensamientos a un lado cuando ella se acercó a su oído y el tuvo que bajar su rostro un poco para que ella llegara por completo a él.

—Solo una pieza—advirtió Sohen.

—Me es suficiente—dijo y la vio avanzar dejándolo atrás, y aquella calidez en su mano aun estaba tan vivido.

Aquel ambiente en la boda, cualquiera lo notaria, que la novia era extranjera, y sus amistades igual. Así que estar bailando en la pista no era tan raro cuando aquella fiesta no era totalmente apegada a la cultura.

Y cada que sus manos y su cuerpo estaban tan cerca de él su corazón no dejaba de golpear tan fuerte.

¿Hace cuanto no se divertia? ¿Hace cuanto no disfrutaba bailar? ¿Hace cuanto no bailaba con él?

Ahi estaba la razón de su dolor, ahi estaba la razón de su amor más profundo, y es que Jungkook la hacia sentir cómoda, podría olvidarse de hasta su nombre cuando ese hombre le miraba con una sonrisa en su rostro.

"Lo amaba"

Y es que aunque Sohen dijo que solo una pieza, la realidad fue que el idol le había convencido de otra, y luego otra y otra hasta que los zapatos altos empezaron a doler para Sohen y ambos se marcharon a una de las terrazas detrás de aquellas grandes cortinas y puertas de vidrio.

Y cuando Sohen se tropezó esta se quitó los zapatos altos, cosa que jamas hubiera hecho antes, pero la edad te quitaba ciertos toques de tolerancia a la vanidad de mantenerse impecable.

—Bam...¿como esta Bam?.

—Esta enorme, cada día pesa más y crece tanto, es tan inquieto como ninguno.

—Es digno de ser tu mascota—dijo Sohen.

Jungkook se sintió tímido y se limitó a reír tímidamente.

—Llevalo la próxima vez donde Taehyung—Sohen acomodó sus manos detrás de su espalda aun con los zapatos de punta alta en mano.

—Lo haré... —Jungkook dejó caer el peso de su cuerpo en barandal.

—Apártate, no seas imprudente, es vidrio—dijo Sohen y lo empujó un poco para que no dejara caer su peso en el barandal de vidrio del piso quince.

Y aquello le hizo sentir querido, cuidado y hasta se sintió importante para ella. Volvería hacerlo solo por verla preocupada por él, solo por ver que esos ojos estuvieran en él, mirandole con atención y cuidado

TODO Y NADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora