Capítulo 40

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Kusuo estaba en casa, era problemático lidiar con la irresponsable ayuda de Mikoto gracias a su clarividencia

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Kusuo estaba en casa, era problemático lidiar con la irresponsable ayuda de Mikoto gracias a su clarividencia.

Debería solo esforzarse en no sobresalir demasiado.

Ayudar a Chisato a encontrar a su padre, genial.

Sacó una gelatina de café del refrigerador y comenzó a comerla. Después de un rato, su madre se acercó a él.

—Bienvenido, Ku, estaba esperándote —su madre se acercó a él con una sonrisa —. Tus abuelos llamaron hoy, me dijeron que te diera saludos de su parte.

Él asintió.

—También dijeron que estaban pensando en venir a visitarnos, ¿No crees que sería lindo?

Si, pero mayormente fastidioso, gracias al abuelo.

Estaba cansado.

Y sus pensamientos no lo ayudaban. Recordaba todo lo que había sucedido esa tarde.

Si, habían encontrado al padre de Mera, o bueno, Mikoto lo encontró. Pero él los salvó.

Sinceramente, le pareció algo absurdo, casi estúpido que se haya dejado arrastrar hacia ese lío familiar, y peor aún, que Mikoto supiera qué pasaría desde el principio.

Había sido timado, casi usado.

Metió otra cucharada de gelatina de café a su boca.

De un momento a otro, igual que un relámpago, apareció la figura de la persona que no había estado presente esa tarde.

¿Dónde estaba Koemi?

Por lo que sabía, Chisato era su mejor amiga, y conociéndola, no la dejaría sola en ese momento.

Pero, ella no estuvo ahí.

Su curiosidad lo inundó, ¿Por qué no estaba ahí?

Ese sentimiento estaba comenzando a ser frecuente, aún más al dejarse llevar por este.

Se sentía un poco culpable al hacerlo, pero no podía evitar ceder ante su curiosidad. Cruzó los ojos, para usar su clarividencia y descubrir la respuesta a sus preguntas.

Y la encontró.

Ahí estaba ella, con un teléfono en su oreja y una expresión preocupada.

Kusuo prestó atención a su conversación, pues sabía quién era.

—Chisato, estoy muy feliz de que hayas encontrado a tu padre, pero, ¿Por qué no me dijiste que no asistirías a la Academia hoy? ¿Por qué no me dijiste que tenías otro empleo secreto? ¡Estaba muy preocupada!

—¡Perdona! No quería molestarte —escuchó desde la otra línea—. No quería involucrarte más, ya me has ayudado mucho.

Saiki siguió escuchando, desde las disculpas de Chisato, su explicación e historia, y las disculpas aceptadas por Koemi.

𝐶𝑎𝑓𝑒í𝑛𝑎〈𝑆𝑎𝑖𝑘𝑖 𝐾𝑢𝑠𝑢𝑜〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora