Capítulo 8

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Hoy era sábado, ayudaba a Chisato en el café Mami

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Hoy era sábado, ayudaba a Chisato en el café Mami. Yo limpiaba el piso mientras que Chisato atendía a algunas personas.

«Todo es muy tranquilo aquí»

La campana de la puerta sonó, un cliente había llegado y era Saiki.

Chisato lo atendió mientras yo iba a la cocina, distraída por la música que pasa por mi mente, veo a Chisato que está llevando una gelatina de café.

«¿Otra vez? Bueno, descubrí su postre favorito»

Cuando me acerqué a ella para preguntar algo, vi como se tambaleó, reaccioné y alcance a tomar la bandeja con el postre antes de que cayera al suelo.

—¡Cuánto lo siento, Saiki! —ella se inclinó para pedir disculpas —gracias Koemi.

—No es nada, aquí está tu gelatina Saiki, sana y salva —los ojos ojos del chico parecían haber vuelto a la vida.

Gracias —agradeció cuando puso la gelatina frente a él.

La chica sonrió como respuesta.

«Que alivio que pude sostener la bandeja a tiempo»

Estamos de acuerdo.

Cuando observó que Saiki terminó su gelatina se acercó a él para preguntar.

—Oye Saiki ¿Tienes un momento? —él asintió —quería pedir tu opinión.

¿Mi opinión?

—Si, verás, hemos estado trabajando en algunos cambios en el menú y el gerente dijo que tú eres un cliente habitual así que —le extendí una hoja en donde habíamos escrito el nuevo menú —¿Podrías darme tu opinión?

Saiki tomó la carta, su rostro parecía aliviado.

«creo que sé lo que piensa»

—No te preocupes, la gelatina de café queda intacta, pero ahora podríamos agregarle cosas como chocolate o caramelo.

Me parece bien.

—¿En serio? ¿Crees que a la gente le agradará?

A mi ya me agrada.

Koemi se emocionó, ese pequeño detalle podría ayudar a que vengan más clientes.

Y contar con la aprobación de alguien como Saiki le daba cierta esperanza.

—¡Muchas gracias Saiki! —tomó la carta y fue con el gerente.

«creo que se pondrá feliz»

Harán que más personas vengan al café.
Santo Cielo, al menos podré disfrutar de todos esos postres.

Saiki observaba a Hirai desde su lugar, simplemente, la observaba.
Sus pensamientos en ese momento eran muy positivos, realmente se había alegrado con ese simple gesto pues pensaba cosas como:

Esto ayudará!" "Si a Saiki le gustó creo que le gustará a los demás"

Dejó el dinero en la mesa y salió del café, en su mente empezó una canción alegre, sabía perfectamente quién era.

Tal parece que es fácil de alegrar.

—Bien hecho Koemi, el gerente estaba emocionado por tu idea —Chisato caminaba junto a mí, ya habíamos terminado el trabajo en el café así que regresábamos a casa.

—¡Te veo el lunes! —gritó ella antes de entrar a casa.

Me despedí con la mano, luego seguí mi camino a casa.
Iba cantando cuando de repente sentí una mano en mi hombro.

—Oye linda —un muchacho que no conocía estaba llamando mi atención.

«parece un delincuente»

—Suélteme por favor —él apretó más el agarre.

«me está lastimando, esto me pasa por no poner atención a mi alrededor»

—¡Dónde esta el baño! —el hombre pareció sorprendido y confundido por lo que dijo.

—¿E-el baño? —repetí igual de confundida.

—¡Si! ¿¡Dónde está el baño!? —el hombre parecía entrar en pánico.

Cuando iba a agarrarme con las dos manos, se detuvo y empezó a saltar.

—¡Tengo que ir al baño! —el hombre me soltó y corrió a, supongo, un baño.

«asi que quería preguntar por un baño, ahora me siento mal, lo juzgué solo por la apariencia»

Seguí caminando.
«eso fue muy raro, mejor me apresuro, no quiero encontrarme con un verdadero delincuente»

No me agradezcas.

Saiki observaba a la chica con su clarividencia, había estado oyéndola cantar hasta que escuchó sus demás pensamientos.

No le gustaba meterse en los asuntos de los demás, pero más le disgustaba estar en deuda con alguien.

Santo Cielo, se lo debo por salvar mi gelatina de café.

Uso sus poderes para manipular la mente del hombre y hacer que diga que quería usar el baño.
Luego manipuló su cuerpo para que en verdad quisiera ir al baño.

No debiste meterte con la salvadora de mi gelatina de café.

Luego de un rato pudo escucharla cantar de nuevo, así supo que estaba a salvo.

Luego de un rato pudo escucharla cantar de nuevo, así supo que estaba a salvo

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Con ustedes, ¡el héroe de cabellera rosa!

𝐶𝑎𝑓𝑒í𝑛𝑎〈𝑆𝑎𝑖𝑘𝑖 𝐾𝑢𝑠𝑢𝑜〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora