Capítulo 51

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El amor puede doler. El amor puede doler a veces.

Esa mañana fue distinta

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Esa mañana fue distinta.

El sol se sentía más cálido, las fragancias podían percibirse mejor y los colores parecían ser más brillantes.

No sabía si sus sentidos estaban aumentando por el aparente regreso de sus poderes, o si ya se estaba volviendo loco.

Bueno, estaba enamorado, era casi lo mismo ¿No?

Aún se sentía extraño por su reciente conclusión sobre sus sentimientos y síntomas.

No sabía cómo iba a lidiar con eso.

Pensaba en preguntarle a su madre, pero sabía que eso lo llevaría a una larga charla sobre el amor y del como ella amaba a su padre.

Quizá preguntaría en otro momento.

Creyó que sería fácil ignorar el inminente sentimiento que floreció dentro de él, pero se equivocó.

Era tan difícil verla, no podía evitar quedarse al menos cinco segundos mirándola. Ahora que no veía sus huesos y músculos, era más difícil ignorarla.

Sus ojos le recordaban terriblemente a los caramelos de café.

Y, ahora podía decir, que extrañaba escuchar su voz en su mente. ¿Por qué era tan difícil estar así?

No recordaba tener sentimientos tan fuertes desde que era un niño.

Su día en la escuela fue agitado, más que de costumbre. Los momentos en los que parecía que sus poderes regresarían eran los peores.

No sabía que habría algo peor que eso.

Mientras pasaban los periodos de clase, Kusuo parecía sentirse peor. Sentía como si con cada minuto que pasaba, sus poderes recorrían sus venas.

A la hora del almuerzo, Saiki decidió ir a un lugar un poco apartado, temía que algo extraño pasará en frente de muchas personas. Y ahí estaba él, sentado solo, en las escaleras que conducían a la azotea.

El mismo lugar donde una vez encontró a Koemi dormida.

Comía lo más tranquilo que podía, necesitaba relajarse, no quería accidentes.

Pero, la vida sin telepatía era más problemática de lo que había imaginado.

—¿Saiki? ¿Qué haces aquí?

El chico se sobresaltó, aún no se acostumbraba a que todos fueran una especie de versión de Nendou.

¿Tú qué haces aquí? —Si, no pensó en algo mejor que devolver la pregunta.

Notó el leve nerviosismo en la chica, ¿Pero quién podría culparla? ¿Como podría decir que ese lugar era bastante concurrido por ella? Especialmente cuando estaba cansada. Cabía resaltar que probablemente él era el único que sabía eso, e inconscientemente recurrió al mismo lugar.

𝐶𝑎𝑓𝑒í𝑛𝑎〈𝑆𝑎𝑖𝑘𝑖 𝐾𝑢𝑠𝑢𝑜〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora