Otro cliché más [Sunsun]

XXXII

La luz en la ventana lo hizo abrir sus ojos lentamente. Lo primero que vio Sunoo al despertar fue a un Sunghoon durmiendo a su lado.

Sonrió y se acomodó mejor poniéndose de costado  apoyando su mano en su mejilla para observarlo, el mayor se veía tranquilo con su respiración lenta y su rostro sereno.

Repaso los lunares que tenia por el rostro y admiro sus facciones. Sunghoon era demasiado guapo, no podía entender como alguien tan hermoso podía existir. Además de eso era amable, atento y tierno. Siempre hacía su corazón latir con fuerza y lo hacía feliz. Era una de las mejores personas que conocía, siempre tan servicial y dedicado. A veces no encontraba palabras para expresar todo lo que causaba en él, Sunghoon

Acercó su mano con cautela tratando de separar un mechón rebelde que caía en uno de sus ojos. Con suavidad tratando de no despertarlo acarició su mejilla con cariño.

—¿Tan lindo soy que te me quedas mirando? —preguntó el azabache aún con los ojos cerrados.

Sunoo se sobresaltó y apartó su mano sintiéndose avergonzado. Se sentía atrapado.

—Pensé que estabas dormido.

—Puedo sentir tu mirada aún con los ojos cerrados.—dijo divertido mientras los abría.

Al abrirlos Sunghoon pudo admirar el rostro de un recién despertado Sunoo con las mejillas sonrosadas y el pelo desordenado. Quería repetir esa imagen una y otra vez cada vez que despertara.

Se incorporó y acarició la mejilla de Sunoo con un rápido movimiento corrió la mano con la que el menos se apoyaba haciéndolo caer su cabeza en almohada. Puso ambas manos a los costados de la cabeza del castaño y su cuerpo, quedando encima de él sin apoyar todo su peso.

El de ojos felinos sintió su respiración pararse y su corazón latir con mucha más fuerza que antes, Sunghoon estaba encima de él mirándolo intensamente.

—¿Hyung que..—trataba de formular una oración coherente pero su mente no funcionaba.— Por qué tu..?

Sunghoon relamió sus labios llevando su mirada hacia los del contrario. El ambiente estaba tenso, Sunoo solo se encontraba expectante al próximo movimiento del mayor.

—Hace tiempo quería hacer esto.—murmuró haciendo estremecer a Sunoo.

Cada vez se acercaba más a su rostro hasta que quedaron a centímetros. Podían sentir la respiración del otro, el aliento a menta de Sunghoon impactaba contra su rostro.

—¿Puedo besarte?—preguntó con la voz ronca causando una corriente eléctrica en el contrario.

No espero la respuesta y junto sus labios. El beso era lento y suave volviendo loco al mayor. Con una de sus manos aprisiono la cintura del menor juntando aún mas sus cuerpos. Sunoo era inexperto y sentía que podría morirse allí mismo al sentir los suaves labios que tanto anhelaba chocando contra los suyos.

Se separaron por la falta de aire, Sunoo tenía las mejillas sonrojadas por el calor y su respiración estaba agitada.

Ambos se quedaron con la respiración agitada mirándose. Los ojos negros de Sunghoon tenían un extraño brillo que hipnotizaba a Sunoo.

—Hyung, ¿No crees que estamos en una posición comprometedora?—preguntó Sunoo rompiendo finalmente el silencio.

Sunghoon recién había caído en cuenta en la posición en la que se encontraba al darse cuenta que estaba sobre el pobre del menor. Rápidamente se corrió dejándolo incorporarse.

—Lo lamento.— Se disculpó, se había dejado llevar sin pensar en si el menor estaría cómodo con eso  o no.

—Está bien, me gustó.—admitió con las mejillas sonrojadas.

Sunghoon sintió su corazón latir con fuerza y llevó nuevamente su mirada a los apetecibles labios del menor sintiendo ganas de probarlos de vuelta.

—¿Vamos a desayunar?—preguntó el menor ajeno a la situación.

Asintió borrando esos pensamientos tratando de controlar sus impulsos.

Bajaron a la cocina, el azabache preparó un té con galletitas para ambos. Tomaron asiento quedando enfrentados.

—¿Y tu mamá?—indagó curioso.

—No debe haber llegado del trabajo o se habrá quedado a dormir en un hotel.

Asintió, la mamá de Sunghoon trabajaba como secretaría para un tonto CEO rico que la requería a su disposición 24/7: la llamaba a cualquier hora cada vez que necesitaba algo y muchas veces cuando salía de la ciudad debía acompañarlo. Nunca se sabía cuando tendría que correr para ir al trabajo por lo que muchas veces no estaba en la casa pero cuando tenía la oportunidad de pasar tiempo en su hogar trataba de aprovecharlo lo más posible con su hijo.

El desayuno fue silencioso, ambos seguían con algo de sueño. Era sábado por lo que no tenían ninguna responsabilidad.

—¿Seguimos durmiendo?—preguntó Sunoo adormilado.

—¿Sigues con sueño?—Sunghoon rio.— Eres como un osito.

—Dormir es la mejor parte del día.

El azabache no era tan fanático de dormir, era una persona más activa que le gustaba aprovechar todo el tiempo que pudiera para hacer cosas. De repente recordó la calidez de Sunoo y el como sus brazos envolvían su pequeña figura, a partir de ese día sería el fan número uno de dormir si lo hiciera siempre con el menor.

—Tienes razón pero hagamos algo más. Podemos ver una película o salir.—sugirió.

Sunoo hizo un puchero y Sunghoon no pudo resistir y se acercó a el dejando un casto beso en sus labios. El contacto fue efímero pero eso basto para que Sunoo sienta las famosas mariposas revolotear en su estómago.

No es posible que me hagas tan feliz

¿Por qué Sunghoon siempre lo hacía especial? ¿Por qué siempre lo hacía poner tímido y nervioso pero al mismo tiempo lo hacía tan feliz que quería repetir una y otra vez los días a su lado?

—Está bien veamos una película.—accedió el menor. No podía resistirse a esos ojos penetrantes y a esa sonrisa que lo enamoraba cada vez más.

Así fue como se pasaron toda la tarde acurrucados en el sofá viendo películas. Primero, a petición de Sunoo vieron una de amor y después vieron una de terror que quería Sunghoon.

No le gustaban tanto ese tipo de películas pero le gustaba cada vez que el menor se escondía en su pecho buscando su protección cada vez que se asustaba.