XXIX

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—¿Recuerdas lo que te dije cierto?

—Disculpa, confesarse y largarme a llorar y huir del país si me rechaza.—Sunghoon asintió repitiendo todo lo que le había dicho Jay anteriormente.

—Lo último lo agregaste tú pero supongo que estarás bien.—suspiró.—Tu puedes, solo sé tu mismo.

Jay dio una palmadita en sus hombros deseándole suerte. Comenzó a caminar hacia el punto de encuentro: la casa de Jungwon.

Tu puedes, eres uno de los mejores de tu clase, sacas notas perfectas, puedes dar un exámen impecable sin la necesidad de estudiar mucho. Cuando patinas te caíste muchas veces pero volvías a levantarte como si nada. Siempre halagan tu determinación y tu valentía

—No puedo.—lloriqueo.

Al llegar a la puerta dudó en si tocar o no. ¿En serio estaba a punto de hacerlo? Junto todo el valor que le quedaba y tocó el timbre.

—Te dije que te llevaras la llave Jung—Sunoo dejó de hablar cuando al abrir la puerta se encontró con el azabache en lugar de su amigo. Inmediatamente su sonrisa desapareció cambiando su semblante por uno serio.

—¿Qué haces aquí?—preguntó cortante.

Era raro que lo tratara de esa forma puesto que siempre se había mostrado como una persona cariñosa y amable. Observó al menor detalladamente, llevaba unos jeans negros ajustados que resaltaban su figura y una remera del mismo color. Se veía extremadamente bien, demasiado bien. Sin mencionar lo hipnotizante que era su semblante serio y su mirada profunda hacía el, como lo miraba desde la puerta con las ceja levantada, los brazos cruzados y ligeramente inclinado hacia un lado.

Concéntrate Sunghoon

—¿Podemos hablar?

—No hay nada de que hablar, me parece que todo quedó claro.

Sunoo intentó cerrar la puerta pero el pie de Sunghoon sobre ella se lo impidió.

—Por favor, Sunoo.—suplicó.—Solo serán diez minutos y luego me iré. Si no quieres volver a verme después de esto lo voy a entender.

El menor lo pensó y abrió la puerta dejándolo pasar. Sunghoon dejó salir el aire que no sabía que había retenido hasta ese momento y se sintió aliviado. Al menos había accedido a que hablaran, eso era un avance. Sin decir nada entró a la casa, y siguiéndolo se sentaron en un sillón que estaba en la sala.

—Habla.—se limitó a decir Sunoo.

Sunghoon jugó con sus manos nervioso, la intensa mirada del menor hacia que sus palabras se enreden y no lo dejaba pensar claramente.

—Lo siento.—dijo las palabras que se repetían en su mente últimamente.—me comporté como un idiota.

El de ojos felinos lo miraba atentamente tratando de no distraerse por los sentimientos que el chico a su lado despertaba en él.

—No era mi intención lastimarte, y me arrepiento de haberle dicho eso a Niki. Para mi tus sentimientos no son un juego.—aclaró.

La voz de Sunghoon era suave y tranquila, hablaba con cautela como si cualquier palabra incorrecta que dijera rompería un poco más al menor. En su mente había repetido uno y otra vez lo que diría pero en ese momento no recordaba nada.

Otro cliché más [Sunsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora