Capítulo 49

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Izzy

- ¿En verdad puedo quedarme aquí? – volví a preguntar a Clary mientras me acomodaba (de nuevo) en el saco de dormir, creo que era demasiado ruidoso.

- Por supuesto, no hay ningún problema. Eres mi amiga, y si necesitas un lugar en el que quedarte, siempre serás bienvenida aquí, además -escuche como se movía en la cama-, le agradas bastante a mi mamá.

Sonreí un poco: - Bien, gracias de nuevo. Buenas noches Clary.

- Buenas noches Izzy.

Después de dejar en mejor estado a mi novio, camine un rato por la ciudad, sin rumbo fijo, simplemente quería alargar un poco la hora en que tendría que volver a casa, no me apetecía mucho la idea. Desde el día anterior, que habíamos salido de casa no me parecía buena idea regresar para retomar la discusión con mis padres, además, era muy probable que Camille y Josh todavía se encontraran rondando, no tenía ni idea de cuando se iría, pero prefería mantenerme alejada de ellos.

Alec tampoco quería volver a casa, me había dejado un mensaje, se quedaría a dormir con Jace, eso estaba bien, suponía que aún tenían algunas cosas que arreglar. Sin mi hermano cerca, la idea de lidiar con mis padres era sofocante.

Caminé durante dos horas, que en realidad se sintieron como solo 10 minutos, cuando la oscuridad de la noche ya estaba sobre mí. Posiblemente, podría haberle pedido a Simon que me dejara quedarme con él, pero sabía que no era una buena idea, su madre no lo aprobaría, y tampoco me ofrecerían quedarme a dormir con su hermana, pues aún no nos llevábamos muy bien, no era que tuviéramos algún problema, simplemente no congeniábamos.

Cuando estaba por buscar la mejor opción de hoteles, recibí la llamada de Clary, lo que me sorprendió bastante; no me había detenido a pensar en ella, pues hacía apenas unas horas que había estado en su casa, y no quería parecer una intrusa. Ella también sabía lo de Jace y Alec, supongo que adivino el dilema en el que me encontraba, pues tan pronto respondí me dijo que estaba esperándome en el apartamento, con pizza y películas.

Quizá no todas las familias eran iguales, existían todo tipo de ellas, algunas donde la comunicación entre los miembros era nula, por lo que cualquier provocación era tomada como declaración de guerra; en otras tantas, existía una comunicación tan clara y libre que era sencillo mantener la tranquilidad; y otras pocas donde las voces eran un poco bajas, algunos susurros, que mantenían la paz.

Me alegraba de haber conocido a Clary, y que pudiera compartir un poco de ella conmigo.



Creo que era más de media noche cuando el sonido de la puerta abriéndose ligeramente me despertó, entreabrí los ojos tratando de adaptarme a la penumbra, se trataba de mi amiga, quien salía silenciosamente de la habitación, cerrando la puerta tras de sí. Volví a cerrar los ojos, pero tan pronto lo hice los abrí de golpe...

- ¿Por qué estas sangrando? -era la voz alarmada de Clary.



Alec

No sabía cuanto tiempo me tomaría para volver a casa y hablar con mis padres, tampoco era como me fuese a quedar a vivir para siempre con Jace o Magnus, simplemente era muy reciente, además que seguía abrumándome la reacción de mis padres, en especial la de Robert, ¿era acaso un asombro distinto y quizá su opinión era diferente a la de mi madre?, podría fantasear con la idea, sin embargo, no podía dar una respuesta clara ni satisfactoria.

Supongo que nunca se esta preparado para la reacción de tus padres, cuando el primogénito, en quien tenían mayores expectativas y quien se había mantenido fiel a las normas familiares, saliera del clóset, eso debió de ser devastador para ellos, no sabía tampoco si pronto re repondría de ello.

Era un absoluto desastre.

Respire hondo mirando hacia el techo. Un techo que había visto innumerables veces durante mi infancia, con su extraño color amarillento, que con el tiempo dejaba ver la antigua pintura, como si dijera, "¡Hey!, deja de ocultar tu verdadero color, es momento de que surja", supongo que la habitación de Jace siempre había sido eso, un refugio, un espacio seguro donde podía permitirme vaciarme en compañía de mi mejor amigo.

- ¿Crees que tu abuela se enfade si me mudo aquí? -dije al tiempo que giraba levemente la cabeza para ver a mi mejor amigo.

Jace y yo nos encontrábamos recostados en la misma cama, ambos mirando hacía el techo. Desde que tenía memoria había sido así, por lo que me era sumamente normal, además él había insistido en dormir juntos, como si me dijera que nada había cambiado entre nosotros, además de que su cama era lo suficientemente amplia para ambos.

- Supongo que no -vi como sonreía-, pero, debes recordar que los domingos son de misa obligatorio.

- Jace, tu no asistes a misa con tu abuela.

- No, pero se me están acabando las ideas para zafarme, y si tu vas con ella, se sentirá satisfecha, por lo tanto, dejará de pedirme que yo la acompañe. -También volteó a verme-. Creo que lo sabes, pero quisiera recordártelo, puedes quedarte aquí el tiempo que necesites, siempre eres bienvenido.

Suspiré mirando hacia el techo de nuevo-: Tengo mucho miedo de volver a casa y enfrentar a mis padres, se que no actuaran de una forma violenta, sin embargo... su simple rechazo me hace sentir herido, tampoco se lidiar muy bien con eso, lo sabes, ¿no? -pasé saliva-. También se que... que debo de darles un poco de tiempo, así como yo también necesito de eso.

- Me imagino que es muy difícil tratar de encontrar una respuesta de la que anclarte para poder dar el siguiente paso, se que tus padres también necesitan ese tiempo, pero en ese periodo solo es para asimilar la situación, y el tiempo que tu necesitas Alec, no es para que te detengas, es para que sigas, continues contrayendo la vida que quieres. Y que sepas que la aceptación que tengan o no, sea temprana o tardía, no depende de ti, es cosa de ellos, por lo tanto... debes continuar.

- Jace... ¿has estado leyendo libros de autoayuda? -soltó una leve risa.

- No, estoy practicando, pronto seré un orador de primera. -Dio un pequeño golpe en mi brazo-. Pero Alec, amigo mío, lo que te digo es verdad, debes continuar, hasta ahora te has estado conteniendo, paralizado en la oscuridad, temeroso de vivir y ser quien eres, pero cuando conociste a Magnus eso cambio, es como hubieras encontrado la puerta y tu elección hubiese sido salir a explorar, pues continua, sigue caminando... Lo que más deseo en esta vida para ti, es que seas completamente feliz.

- Jace, siempre has sabido mirar dentro de mí, aun cuando yo no tenía ni la menor idea de lo que me estaba ocurriendo, y siempre voy a estar agradecido. No voy a decir que... -pasé saliva-, que, esta pequeña charla me ha hecho más valiente y seré una nueva persona a partir de mañana, porque en realidad sigo estando aterrado, y se también que cuento Izzy, contigo y con Magnus, entonces -respire hondó-, solo quiero decir que a pesar de estar asustado quiero hacerlo, me enfrentare a lo que sea que venga, se que no estoy solo, está bien, ¿no?

Nos quedamos unos segundos en silencio.

- Por supuesto. Alec... También hay algo que quiero contarte, es algo que ha estado dando vueltas en mi cabeza desde hoy en la mañana. Veras – Jace sonaba algo nervioso, y eso era extraño, él siempre se expresaba de forma muy segura-, no es algo que me involucre directamente, pero si a una persona que me importa mucho, y... no sé qué hacer. -Respiro profundo-. Supongo que puedo decirte de quien se trata, tu también le conoces, podría decir que mejor que yo, o quién sabe...

- Me estas poniendo nervioso, solo suéltalo de una vez...

- Es sobre Sebastian... -contuve la respiración.

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