Capitulo 27

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                                                               Martes

Magnus

Pequeños rayos de sol se colaban, entre las cortinas semiabiertas. Apreté un poco los ojos, me sentía bastante cansado, no había bebido mucho la noche anterior, pero estaba sintiendo ligeros efectos por el alcohol.

Traté de jalar la cobija, que estaba apenas cubriendo mis piernas, pero me topé con una mano, posada ligeramente sobre mi abdomen.

Abrí ligeramente los ojos, girando un poco la cabeza. A mi lado, acurrucado de una manera adorable, se encontraba Alexander.

Después, de que se desahogara, y llorara un rato más, nos quedamos dormidos sobre el sofá. A pesar de que ser un poco angosto, pudimos acomodarnos, y dormir bien.

Sus ojos se movían rápidamente bajo sus parpados, ¿qué estaría soñando? Solo esperaba que no fuese un mal sueño.

Lo mire atentamente, deteniéndome en cada una de sus facciones, sus ojos, su nariz, sus pómulos, sus labios, su barbilla, los músculos de los brazos, su pecho que subía y bajaba delicadamente, sus piernas que estaban ligeramente entrelazadas con las mías.

Se veía bastante relajado, bastante lindo. No me lo podía creer, que un chico como él, un tanto frágil, me hubiese dado la oportunidad de mostrarle que era el amor... pero, estaba más agradecido de que él también me entregara algo de él día, a día. Aunque no lo supiera, admiraba todos y cada uno de sus gestos, manías y palabrejas.

Me encantaba ver como se ponían poco rojizas, sus mejillas, como sus labios temblaban ligeramente, cada que estaba a punto de besarlo, y me sorprendía como de pronto parecía tan experto, también me gustaba esa faceta suya de seriedad, y de risas. Su sonrisa era encantadora, aunque no suele hacerlo muy a menudo, y alguna de las ocasiones en las que las hace, son para mí, eso las hace más especiales aún.

También me fascinaba su condenada manera de vestir, aunque podría parecer un poco soso, él lucia tan jodidamente sexy, porque a pesar de usar ropa un poco monocroma, se ajustaba de una manera... celestial a su cuerpo.

Quería que todas mis mañanas fuesen así...

Se removió un poco, trato de estirar sus brazos, pero se dio cuenta de que algo se lo impedía... Abrió inmediatamente los ojos, me miro alarmado.

- ¡Magnus! –lo mire sin entender-. Gracias a él ángel que eres tú...-suspiro. Volvió a cerrar los ojos-, por Dios, mi cabeza.

Sonreí-: Oh, garbancito-lo abracé-, te prepare el desayuno y algo que te ayude con la resaca. –Bese su frente y me levante, yendo a hacia la cocina.

Pero no tenía nada en mi cocina, hoy tenía que hacer el súper.

-Hey-hable bajo-, ¿te molestaría que pida algo de comida china a domicilio?

Lanzó un pequeño bufido, hundiendo su rostro en mi pecho-: ¿Puedes darme primero algo para el dolor de cabeza? -Sonreí, acariciando su cabeza. Retiro con cuidado mi mano-. Por... favor...

-Está bien-me levante con cuidado, yo también necesitaba una pastilla.

Jace

"Alec... Alec... ¿dónde demonio se había metido?"

Abrí lentamente los ojos, traté de averiguar dónde me encontraba, sabía que esa cama no era la mía.

Esta era... Me levante sobresaltado. ¡No sabía dónde estaba!

No había nada conocido, jamás había estado en este lugar. Lo último que recordaba era estar frente a la puerta de Magnus, pensar que Alec estaba bien, y deseaba que Izzy llegara pronto por mí.

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