Capítulo 31

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Foto: Camille

Alec

- ¡Viniste! –en cuanto se abrió la puerta, el pequeño Marco corrió a abrazarme. Lo cogí en mis brazos, levantándolo del suelo, y dándole también un gran abrazado.

-Hola, pequeño. ¿Cómo has estado?

-Bien, ¡mi mami me compro un trenecito! -sonrió, pero se removió entre mis brazos en cuanto vio pasar a presidente, casi salto de mis brazos. El minino, salió corriendo a refugiarse en la cocina.

-Hola garbancito-Magnus se acercó hasta mí, dejando un pequeño beso sobre mis labios.

- Espero que presidente este bien...

-Lo estará. Créeme, a él también le agrada ese pequeño.

- Y ahora...-volvió a acercarse a mí-, que Marco esta entretenido con presidente...

Peque un pequeño brinco, al sentir mi celular vibrar en el pantalón.

Abrí enormemente los ojos. ¡Era mi madre!

- ¿S-si? –el corazón latía rápidamente, golpeando frenéticamente mi pecho. No entendía muy bien porque estaba tan nervioso, ella no estaba viéndome.

-Pensé que no contestarías...

-Lo siento es...-me aleje de Magnus, yendo hacía el baño. Cerré la puerta. "Pero si no estás haciendo nada malo..." - ... estaba cocinando.

-Genial. ¿Recuerdas que Hodge iría de visita? –asentí con la cabeza, aun sabiendo que no podía verme-. Su vuelo llega hoy a las ... dentro de una hora.

-Bien, su habitación ya está arreglara...

-Necesito que vayas a recogerlos-dictamino seria.

Inspire hondo.

- Alexander-Magnus hablo a través de la puerta, ¿estaba escuchando? - ¿Todo bien?

- ¿Estas con alguien?

-Eh... - "Si madre, estoy con mi ... novio"-. Es solo Magnus.

- ¡Fantástico! Ese chico me agrada bastante, es un buen partido para Izzy... -y ahí, iba de nuevo.

-Bien-solté seco-. Iré por él. Adiós. –Colgué.

- ¿Tú madre? –me pregunto en cuanto abrí la puerta del baño.

-Quiere que vaya al aeropuerto...-hice una pequeña mueca.

-Ya veo... -murmuro Magnus-. Podemos esperar a que Marco cene y se duerma, y pedirle un poco de ayuda a Jocelyn.

- Lo que pasa es... que debo partir ahora. Llega en una hora, y es el tiempo que hago desde aquí al aeropuerto.

- ¿Entonces te iras solo?

-No pasa nada...

-Bien...-mordió su labio-. Mándame un mensaje cuando llegues, y cuando vengas de vuelta, ¿ok?

-Está bien-sonreí un poco.

Después de dejar a Hodge en casa, volvería rápidamente a casa de Magnus. No sería una mala noche.



Después de prometerle diez veces a Marco que volvería más tarde a casa, salí de casa. El pasillo estaba desierto, ¿no había ya otras personas rentando aquí?

Mire el reloj. ¡Quedaban 40 minutos!

Bajé corriendo las escaleras, iba tan aprisa que no vi al sujeto con el que choqué, estuve a punto de caer de espaldas, pero la persona con la que choqué me sostuvo del brazo. Era Sebastian.

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