Días pasaron desde el encierro de la osa; le dieron ropa, la encadenaron de muñecas y tobillos con una trampilla para mascotas a los pies de la puerta con la que se podía entregarle la comida.
Rin era la encargada todos los días, pero la criatura se mantuvo con el estómago vacío hasta que la elfa consiguió que esta abriera la boca.
- Aquí tienes, Bubusia.
Dijo con una dulce sonrisa metiendo el plato con naranjas confitadas por el pequeño hueco.
La diosa se quedó mirandola por unos minutos sin decir ni hacer absolutamente nada.
- ¿Te recuerdan a algo?
Bubusia agarró con su dentadura afilada las naranjas comiendo de la única forma de la que podía, mientras Rin esperaba insatisfecha su respuesta. Después de eso se dispuso a mirar con expresión ceñuda.
- ¿De verdad no recuerdas nada?
Miró a otro lado ignorándola en su totalidad, así que Rin se sentó cruzando las piernas.
- Nadie nos escucha, tranquila, ¡puedes confiar en mí!
La elfa trató de meter un brazo por el hueco y acariciar su mejilla.
- ¿Bu-busia?
Tirando y arrastrando de las cadenas, consiguió acercarse más a Rin.
Rin se alejó con voz temerosa.
- ¿Quieres...más?
La mirada de la osa se oscureció volviendo a tumbarse sobre el suelo.
Rin se despidió subiendo un centenar de escaleras para toparse con la kitsune.
- ¿Cómo es que esta vez te has tardado?
- Bueno, sentía que tal vez diría algo.
- Hija mía, si intenta hacernos daño, no tendremos más elección que deshacernos de ella.
Dijo abrazándola al instante.
- ¡No!
Soltándose ensimismada.
- No lo hará, no dejaré que pase. Además, si quiere herir a alguien, que esa persona sea yo.
- Querida, no te hagas el héroe. Todos sabemos que es peligrosa, incluso para ti.
- ¡Ya sé! -la elfa cambió su expresión a una más alegre- ¡Le daré la leche especial de Rin!
- La... ¿que?
- ¡Mi leche especial! Sé que...suena bastante raro, sí -rió leve- Pero primero -se dirigió a su habitación agarrando sus armas- ¡debo entrenar!
La pequeña corrió a su zona de entrenamiento, esta vez intentando luchar sin sus poderes. Así estaría segura de que ganaría en casos críticos.
Ponyo suspiró y sonrió.
- Es igual de testaruda que tú, esposo mío.
- ¿Ah? Por algo ahora es parte de la familia, ¿no es así?
- Sí, ahora es parte de los nuestros y quiero protegerla. Mira a su... ¿mascota? Al animal que encontró.
¿Podrías intentar adivinar de dónde proviene, amor? Y también acompaña a nuestra pequeña cuando vaya a darle de comer.- Pero esposa mía, el tema de la comida... se lo encargamos a Rin, no deberíamos meternos, quizás le incomode.
El albino sonrió a su esposa intentando evitar hacer aquella tarea.
- Cariño -Ponyo besó su frente- si lo haces te daré más hijos.
La kitsune sonrió divertida.
Sin pensarlo, el joven respondió.
- ¿Cuando empiezo? A partir de mañana, ¿verdad? Hay que proteger a nuestra hija.
- Tranquilo, cariño. Todo a su tiempo.
Lo abrazó y apoyó su cabeza en el hombro de Dante.
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Reality Or Imaginary?
RandomUna historia basada en REALITY (una app japonesa para ser vtuber) donde ciertos personajes se encuentran tras una serie de hechos que los llevará a un final inesperado.