Estar solo es complicado

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Bubusia lamía la mejilla de Dante mientras éste caminaba algo incómodo.

- Mmm... ¿Podrías dejar de hacer eso? Tienes un olfato desarrollado -la deja en el suelo- busca a Rin.

- Rin ir con malo -contestó.

- ¿¡Sabías hablar?!

- Yo aprender por Rin, solo poco.

- ¡Vamos! ¡Encuéntrala!

- Así de lentos perdéis el tiempo - respondió una voz conocida.

Bubusia y Dante observaron con atención de dónde provenía aquella voz.

Definitivamente, salió.

- ¿Me echaban de menos?~ - sonrió atrevida.

- ¿Lynx? - contestó Dante - ¿no se supone que deberías estar con Ponyo?

- Me aburría de tanto esperar y vine a buscaros y por lo que veo -levantó el rostro de Dante con un abanico que sostenía en una de sus manos- aún no has dado con ella.

- Si el mundo no fuera tan grande...

Bubusia gruñía ante la presencia de Lynx.

- Calma, no te haré daño. De momento.

Mientras tanto Rin estaba explorando algunas zonas nuevas con su nuevo amigo.

- ¿Es broma, verdad? Dime que es broma.

- Eh... no - respondió Rendell.

- ¿¡Nunca tocaste un instrumento?!

- Me limitaba a oírlos de la gente que los practicaba. No quiero llamar la atención.

- Te tengo que contar muchas cosas.- emocionada- Tienes que probar lo que preparaba cuando vivía con los elfos.

Rendell rió leve.

- No sé si tengamos tiempo para eso, Rin -me buscó con la mirada.

La elfa se quedó paralizada observando un puesto de carne donde aún había animales muertos.

- ¿Rin?

Las pupilas de la joven empezaron a agrandarse y su expresión era fría.

Rendell caminó hacia mi lado.

La elfa le echó una penetrante mirada.

Éste se detuvo en seco.

- Tengo hambre... -dijo Rin.

Sin pensarlo se abalanzó contra el joven intentando morderle hasta que le tapó la nariz y boca.

Rin retorciéndose para poder volver a oler comienza a volver en sí.

Varias personas nos miraban asustados y extrañados.

Rendell la llevó a un sitio apartado de todos.

- {¿Así que este es tu problema?} - susurró.

Ella asintió.

- {¿Cada cuánto te pasa?}

- {No lo sé, pasa si huelo sangre cercana. Intento controlar esto, viene de familia}

Rendell la abrazó.

- Vamos a solucionarlo juntos, ¿de acuerdo?

Rin sorprendida correspondió el abrazo.

- Eres el primer amigo que he tenido después de tantos años.

El joven acarició el pelo de la elfa.

- Yo también debo explicarte sobre mi condición.

Rin agarro más fuerte la ropa de Rendell.

- No te preocupes, voy a protegerte hasta que puedas valerte por tí misma.








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