Tuve que desconectarme del mundo desde ese momento, ya no podía ser Alexia Evans, la que perdió a su mejor amiga de la peor forma, ahora solo podía ser una Forense, la Doctora Evans, la que tiene que dar el dictamen con la causa concreta de la muerte de una chica inocente. No podía llorar, gritar o enojarme con aquél que le hizo esto, solo puedo ser profesional y trabajar.
En cuanto hicimos el levantamiento nos dirigimos a la morgue, tendría mucho trabajo con el cuerpo de Selene, necesito por lo menos una huella o adn. Espera, conozco muy bien a Selene, lo habíamos hablado, ella me lo ha dejado fácil.
—Doctora Evans, no creo que sea bueno que usted se encargué de esté caso—me dijo uno de los dos forenses.
—Y yo creo que deberían dejarme con mi cadáver, los quiero afuera. Ya—ordené.
—Pero Doctora...—intentó refutar uno de ellos.
—He dicho que los quiero afuera.
—Si señora—dijeron al unísono.
Salieron de la sala y me dejaron sola con el cuerpo sin vida de mi mejor amiga en mi mesa de autopsias. Quién lo pensaría, de todas las personas de este mundo precisamente tuvo que ser ella.
—Si tan solo te hubiera convencido de no ir—acaricie su cabello—Ya no me ayudarás a conseguir un chico en el centro comercial.
Algunas lagrimas empezaban a brotar de mis ojos, me siento culpable porque pude evitar que esto pasará, pude evitar que me la arrebataran.
—Voy a averiguar quién te hizo esto. Y tú me lo dejaste fácil—tomé con cuidado su mano.
Cuando estábamos en la universidad hicimos una promesa que nunca romperíamos. Yo sería quién hiciera su autopsia dado el caso en que ella muriera primero, pero si alguna moría asesinada teníamos que hacer lo posible para ayudar a la otra a encontrar al asesino, tendríamos que poner resistencia para rasguñarlo y así dejar células epiteliales en nuestras uñas, es una de las mejores muestras de ADN para encontrar a una persona.
Efectivamente en sus uñas estaba la muestra que me ayudará a encontrar a la persona que va a pagar por esto. Tomé la muestra y la puse aparte para enviarla a laboratorio.
—Voy a empezar con esto, linda—respire profundamente—Estás a salvó conmigo y nadie te hará daño.
Limpié todo su cuerpo para retirar la sangre seca que yacía en él. Saqué la bala de su cráneo para también limpiarlo y enviarla a balística. Les hice las fotos a cada herida que tenía en el cuerpo, en total fue apuñalada catorce veces por un arma cortopunzante de tres centímetros de ancho por siete centímetros de profundidad, con esto se puede deducir que fue un cuchillo de cocina ya que las navajas normalmente miden cinco centímetros de ancho.
Su cuerpo me dice que murió entre las once y doce de la madrugada, tomé muestras de su entrepierna para cerciorarme de que tuvo relaciones sexuales antes de morir y que su agresor usó condón. Fue estrangulada con un cinturón seguramente de cuero que dejó la hebilla marcada en la parte trasera de su cuello.
—Doctora Evans, el Teniente Wood quiere verla—me interrumpieron.
—Que me espere diez minutos afuera, no quiero que me interrumpan mientras termino.
—Si señora—salió.
Terminé de lavar su cuerpo para después meterla en su cajón y llenar su expediente. Dejé todo en orden antes de salir de la sala y encontrarme al Teniente.
—Teniente Wood, dígame que necesita.
—Doctora Evans, vengo por el caso de Selene Roberts, ¿Tiene ya su causa de muerte?
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Diario de una Forense©
Mystery / ThrillerUn Pueblo. Un Asesino en Serie. Una Investigación. Un Teniente. Una Forense. Y un Caso Cerrado. Todo aquello que suceda en el pueblo estará grabado con tinta en el Diario de una Forense. Esta historia es completamente mía, no se permiten copias o al...