Ya ha pasado cuatro días desde la cena que hubo en casa de mis padres, esa noche recibí varias llamadas de mi madre, Eleonor, Peter, e incluso recibí una de Joe, pero no conteste ninguna, sabía para que me llamaban, seguía enojada y así no era correcto abordar el tema con ninguno. De mi hermano no recibí llamadas ya que él también estaba enojado, y de mi padre tampoco porque él me conoce más que los demás, y sabe que no soy buena para expresar los que siento, prefiero ahogarme con lo que tengo adentro.
Siempre he sido muy abierta a demostar mis sentimientos con las personas, puedo ser muy cariñosa con aquellos con los que me nace serlo y les tengo confianza, pero no puedo tener esa misma confianza para desahogarme de todo lo malo, no me siento capaz de darles más preocupaciones con mis problemas por más pequeños que sean. Mi padre desde siempre supo que yo no sería como mis otros hermanos, que le cuentan sus problemas para que él los aconseje, desde que empecé mi relación con Peter y teníamos algunas peleas o discusiones, yo me encerraba en mi habitación y en mí misma, solucionaba mis problemas en secreto.
Al Teniente no lo he visto tampoco estos días, de todos modos me da vergüenza verle, pues después de ese show que hicimos en frente de él y de su madre, que pena, no sabría como verlo de nuevo a los ojos. Pero hoy tendré que dejar de evitarlo, pues tenemos que hablar sobre el caso del Estrangulador y los otros, que todavía no saben quiénes son.
Y así es como resulté en la casa de Paola, en donde decidimos reunirnos para hablar, pues ni el Teniente ni yo ofrecimos la de nosotros, así que a ella no le quedó más remedio que ofrecer la suya.
—Doctora—la puerta de la casa es abierta.
—Paola.
—Siga, el Teniente no ha llegado.
—Que raro, él nunca llega tarde.
—No, es que a él lo cité para que llegara después de usted, no quería que estuvieramos solos.
—¿Por qué?—no pude evitar preguntar.
—Porque él me intimida, y además por usted.
—¿Por mi?
—Si, no quería que hubieran malos entendidos, ya que ustedes han estado algo juntos, ya sabe—se encogió de hombros.
—Nosotros no hemos estado algo juntos, lo normal, como colegas de trabajo.
—No, Doctora. Usted es la única que puede decirle algo al Teniente sin que la mande a la mierda, nadie de mi equipo o el de él es capaz de hablarle como usted, porque saben como les iría.
—Está exagerando.
—No solo lo digo yo, incluso el Teniente Wood me lo ha dicho, y eso que él no tiene nada que ver en este caso. Incluso sacamos la conclusión de que el Teniente O'Connor gusta de usted.
—Paola, primero, el Teniente no gusta de mi, él no gusta de nadie ya que las mujeres solo le sirven para que le den placer, segundo, usted no debería hablar sobre esto con el Teniente Wood, dado a que es la vida privada de O'Connor y la mía—dije de la manera más amable que pude.
—Lo siento mucho, no volverá a pasar.
—Eso espero. Más bien dígame cómo va con Wood—vi como sus mejillas se sonrojaban.
—¿Cómo voy de qué? No sé a que se refiere.
—Paola, por favor, los hombres no captan las indirectas o esas cosas, pero nosotras las mujeres si. Y yo me he dado cuenta que a usted le gusta el Teniente Wood.
—¿Tan evidente soy?
—No, solo que yo soy bastante detallista.
—¿Le molesta? Digo, pues ustedes tuvieron su historia.
—Todo acabó hace mucho tiempo, Peter y yo ahora solo somos amigos, compañeros de trabajo.
—Es que...-su voz es interrumpida por algunos golpes en la puerta—Seguro es el Teniente que ya llegó. Iré a abrirle.
Al volver de la puerta, Paola venía con el Teniente atrás de ella, venía vestido con su camisa negra distintiva y su chaqueta de cuero marrón, también traía esa cara de culo de siempre.
—Evans—saludó con un asentimiento.
—O'Connor.
—Bien, pues estamos aquí porque defenitivamente necesitamos hacer algo para encontrar al Estrangulador—comenzó Paola-Además de encontrarlo a él, necesitamos encontrar a los que los estan buscando y se estan llevando vidas en el proceso.
—Es alguna clase de pandilla—comenté.
—No, son mucho más poderosos que una pandilla—dijo el Teniente.
—¿Un cártel?
—Quizás.
—Podría ser el Cártel Mexicano—trate de sonar no muy segura—Es que, atemos cabos. El Estrangulador mata a aquellos que abusan de la mujeres, algunas de las víctimas han tenido casos abiertos por trata de blancas aquí en Estados Unidos, otros por abuso sexual y desapariciones. El Cártel Mexicano es el más grande en trata de blancas, buscan mujeres estadounidenses para venderlas en México, pero es mejor si tienen a quienes hagan eso por ellos, pero el Estrangulador esta eliminando los que las llevan a ellos, así que necesitan eliminarlo para seguir con el negocio.
Sé que es así, pues he estado averiguando por mi cuenta quienes son, necesitaba saber de quien debía cuidarme. La información de M. C. me ayudó a encontrarlos, pues se trata de Manolo Casillas, Alias el Ingeniero, hermano menor del lider del Cártel Mexicano, Emiliano Casillas, Alias el Destripador, no creo que sea necesario explicar porque lo llaman así ¿verdad?
—Tendré que hacer que hagan una investigación, para ver si son ellos—contestó el hombre, demasiado pensativo.
—Tendrá que hacer la investigación usted, pues no se puede confiar en nadie en estos momentos, ellos saben todos nuestros pasos.
—Entonces haré la investigación yo.
—Si quiere puedo ayudarlo—propuse, de todos modos ya tengo toda la información.
—Usted mejor encárguese de abrir cuerpos—me respondió de mala manera.
—Muy bien, pues eso haré—sonreí, demostrando que su comentario no me afectó en lo absoluto.
—Ya me tengo que ir—se levanta del sillón en donde estaba sentado antes.
—Si, Teniente, estaremos pendientes de cualquier cosa—le dijo Paola.
—Bien, hasta luego.
—Hasta luego.
—Adiós—sonreí mientras agitaba mi mano.
Él salió de la casa con su cara de culo multiplicada por dos, pero no me importa porqué este así, solo tenía que volver a casa a descansar un poco, ya que me duele la cabeza.
—Paola, hablamos cualquier cosa que pase—me despedí.
—Si, Doctora.
—Bien, adiós.
—Adiós.
Salí de casa de Paola y subí a mi auto, de allí manejé directo a mi casa, en donde al llegar me tomé una pastilla para el dolor y me di una buena ducha, aunque todavía faltaba para que la luna empezara a aparecer, me metí entre mis sábanas y me quedé totalmente sumergida en un sueño profundo.
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Diario de una Forense©
Mystery / ThrillerUn Pueblo. Un Asesino en Serie. Una Investigación. Un Teniente. Una Forense. Y un Caso Cerrado. Todo aquello que suceda en el pueblo estará grabado con tinta en el Diario de una Forense. Esta historia es completamente mía, no se permiten copias o al...