Efímero

16. Deseo utópico

Capítulo 16 

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Hice karaoke con Arthur, luego escupí el cóctel en su ropa, discutimos, bebí tanto que casi me desnuco bajando las escaleras de Beginnings, más cosas pasaron, pero se ven borrosas, no se como llegue a la casa de Arthur ahí le conté sobre mi relación con John, comí papitas fritas y dormí sobre su pecho. Se siente como si hubiera sido horrible, pero no lo fue.

En el lavamanos hay un cepillo de dientes nuevo con una pequeña nota sobre él.

"Dejaremos esté aquí para que se convierta en costumbre que despiertes junto a mí"

Sonrío embobada cepillándome y lavo mi rostro con la intención de que se me quite el aspecto de muerta. Busco a Arthur en la parte de arriba de la casa, pero bajando lo encuentro sin camisa con una sudadera observando por los ventanales mientras bebe una taza de café. Me acerco tomándolo desprevenido al darle un beso en la mitad de la espalda.

—Buenos días ¿Cómo? —Se gira.

—Espera —Tapo su boca— últimamente he dañado varios momentos nuestros y te quiero recompensar.

—Ok —Baja despacio mi mano.

—Si me gustaría ser tu novia —Debo decir que en mi cabeza sonó mucho menos parco y con más sentimentalismo— si aun la propuesta sigue en pie.

—Sigue en pie —contesta más serio de lo que esperaba.

—La acepto —Muevo la cabeza asintiendo varias veces.

—Pues bien.

Definitivamente esa no era la respuesta que esperaba, pero lo merezco por arruinar la linda. Dejo de abrazarlo, él permanece en silencio con sus brazos sobre mis hombros sin expresar alguna emoción o palabra.

Es el karma.

Subo de nuevo a su habitación para ponerme la ropa e irme, es muy evidente que no está cómodo conmigo.

—¿Acabas de decir que si quieres ser mi novia? —Frunce el ceño viendo como me quito su camisa.

—Si —Pongo la boca en linea.

Igh chica, tú dañas los momentos y luego te enojas cuando dañan los tuyos.

—Entonces ¿Si quieres ser mi novia? —repite.

—Te acabo de decir que si y no le diste importancia —Busco la ropa que ha desaparecido en el cuarto.

—Si —Remueve su cabello— pero entonces ya.

—¿Ya que? —Cruzo los brazos.

—No te enojes —Sonrie haciéndome sonreír de vuelta— estaba un poco distraído, pensando.

—¿En qué?

—En ti.

Se acercó desarmando mi cruce de brazos colocándolos sobre su pecho, sosteniendo mi cabeza con su mano mi cabeza, dándome múltiples besos nos apoya en la cama. Recorre mi abdomen con su índice hasta llegar al hueso de mi cadera para bajar mi calzón de un tirón, el contacto de sus dedos sobre mi abdomen bajo hace que necesite que apresure sus movimientos y supongo que ese deseo lo expresa mi rostro porque al mirarme sonríe abiertamente dejándome sentir su aliento a café, continuando con su recorrido rozando mi clítoris con sus dedos índice y corazón.

Muerde mi labio inferior para después bajar lamiendo mi cuello hasta detenerse en cada uno de mis pezones.

—Si humide pour moi —Murmura jugando de nuevo con mi cuerpo.